¿Alguna vez os habéis visto discriminados por la profesión que ejercitáis? ¿Alguna vez os han llamado frikys delante de todo el mundo, utilizando tan consagrado nombre de manera respectiva? La gente no entiende que seas verde y tengas tentáculos?
Es el momento de decir ¡¡¡¡¡BASTA!!!!!
Porque todos tenemos derecho a la dignidad en el trabajo y nuestra vida diaria...
Y cuando digo todos, me refiero a todos, no importa quién sea el director de tu vida...
Y como prueba de que lo anterior es posible, no tenéis nada más que ver el magnífico trabajo que yo mismo pude realizar, luchando contra viento y marea, protegiendo los honorables derechos de propiedad intelectual que tanto bien nos hacen...Con mi más que increíble entrega, logré que por fin se reconociera la copia que muchas historias a las que ya nos sentimos habituados, siendo alteradas porque no resultaban oportunas para unos pocos...
Primero fue el escándalo de la ocultación del Apostol Negro y que Dios fuera en realidad una mujer (más en concreto Alanis Morrisette). Y ahora, gracias a mí (si necesitan un gran profesional ya saben dónde me encuentro...), hemos destapado otro de esos fraudes.
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