13 julio 2006

DR. HOUSE CAPÍTULO 4: BATMAN (1ª PARTE)



Princetown, apartamento del Dr. Gregory House..

El Won´t fool again de The Who sonaba a todo volumen en el apartamento del Dr. House. Un bote lleno con pastillas de codeína yacía sobre el piano que tenía desde hacía muchos años, su única forma de liberar tensiones cuando estaba en casa. Las dudas sobre si tomar otro comprimido o no para el terrible dolor de la pierna pasaron de repente a un segundo plano. El solo de guitarra de Pete Townsend se acercaba, y eso requería un esfuerzo extra. El polémico médico se levantó, echó mano a su guitarra imaginaria y comenzó a emular las hazañas del genial guitarrista. Esquivaba el escaso mobiliario de su sala de estar como podía, mientras tocaba: el sillón, la mesa, el revistero, el enorme tipo vestido de negro…
- ¡¡Aaagh!! – House dio un salto hacia atrás, que le hizo perder el equilibrio.
- Lo siento, soy Batman. He oído que es el mejor diagnosticador médico de todo el país…
El médico intentó recuperar el aliento, mientras se ponía de pie.
- Si no te importa, yo prefiero reservarme lo que he oído sobre ti. ¿Cómo has entrado…? Es decir,…
- Eso no importa ahora, doctor. Necesito su ayuda.
A pesar del poco respeto que les tenía House a los super héroes, la figura de aquel enorme tipo disfrazado de murciélago le ponía los pelos de punta. Su tono de voz era ronco, pero seguro, lo que le proporcionaba un cariz muy intimidatorio.
- ¿Qué? ¿Has reñido con Robin?
Batman no se molestó en contestar. Se quitó un guante y le mostró al médico una lesión blanquecino-amarillenta en el pliegue del codo.
- Vaya, un xantoma, debes comer ratones con menos grasa, murcielaguito. Ve a tu médico de cabecera y no me molestes más…
- No es un depósito de colesterol, ya lo he analizado. Mire, doctor, si fuera un problema normal, no estaría aquí preguntándole. Ya lo han visto otros médicos.
- ¿Dónde más le han salido? – preguntó House reconociendo que lo que decía Batman era cierto.
- Axilas, ingles, recto…
- Uuuy, picarón, ¿a que no van a ser simples rumores lo que se dice de ti?
Batman mantuvo la misma mueca inexpresiva sin decir nada. House esperó una respuesta durante un par de segundos. La respuesta nunca llegó.
- Vaya –dijo House- vámonos al Hospital, que si nadie se escandaliza de mis comentarios no tiene tanta gracia.

A medida que iban caminando por el pasillo del hospital, la expectación iba en aumento, y la gente se quedaba mirando a la famosa (aunque por motivos diferentes) pareja. La cola que se formaba tras ellos era cada vez mayor. El médico no le prestaba atención, pero a su acompañante no le acababa de agradar tanta expectación, por mucho que estuviera acostumbrado a ella.
- Creo que no ha sido buena idea, Doctor House. Le dije que viniera a mi mansión—comentaba el paciente.
- Si yo soy el médico, yo pongo las reglas. Y ya te he dicho que todo lo que pase entre nosotros, es secreto profesional, incluida tu identidad secreta…
- Más le vale, no creo que le agradara que alguno de mis archienemigos le visitaran para intentar sonsacarle información sobre mí…
- Qué va, seguro que acabábamos haciéndonos amigos, sobre todo el Joker. Creo que haría buenas migas con él.
Por fin llegaron a la habitación. Los tres residentes esperaban dentro. A pesar de tener a uno de los jefes más impredecibles del planeta, todavía se sorprendían con cosas como aquella. House sólo se encargaba de los casos más raros que la Medicina pudiera deparar, pero había ingresado para estudiar a uno de los mayores magnates del país, por lo que parecía un caso de acumulación de grasa en la piel.
- Señor Wayne, soy la Dra. Allison Cameron, quisiera darle la… -la residente alargó la mano para saludar al paciente.
Bruce Wayne alargó la mano para devolver el saludo, pero un bastonazo en la mano de la joven impidió que se formalizara el saludo.
- Alto ahí, jovencita. No creas que porque tengamos a un paciente rico y famoso voy a dejar que le eches tus redes y nos abandones para irte a vivir con él—dijo House.
- House, ¿podríamos hablar en privado mientras el señor Wayne se acomoda?—preguntó el Dr. Foreman sin ocultar su disconformidad.
- Nah, hablemos aquí lo que tengamos que hablar, el paciente es muy comprensivo…
- Bueno, pues… eh… perdone mi brusquedad, señor Wayne—le dijo al no menos desconcertado paciente-. No entiendo por qué ocupamos una cama con un caso tan aparentemente simple como este.
La Dra. Cuddy, directora del Hospital, entró como una exhalación, y sin apenas aliento, en la habitación. Iba vestida, como en las mejores ocasiones, con su sonrisa de gala. El Dr. House aprovechó la entrada de su superior para sentenciar:
- Verás, Foreman, el señor Wayne es uno de los tipos más ricos del país y del mundo, sin olvidar que su renombre le dará aún más prestigio a nuestro querido hospital.
- Venga ya—continuó Foreman-, tiene que haber algo más. ¿Desde cuándo te importa a ti lo mejor para el hospital?
- Estaaaaá bien. Me has cogido. Es Batman.
Las caras de todos los allí presentes se quedaron de piedra. Paciente, residentes y directora se quedaron sin habla en lo que parecía un concurso de ver quién podía sacar más sus ojos de las órbitas.
- ¿Q…qué?—balbuceó la Dra. Cuddy.
- Sí, amenazó con darme una paliza si no lo traía aquí, aunque él quería llevarme a su batcueva. Por fin se ha dado cuenta de que Robin es demasiado niño, y quiere a alguien con más experiencia en ciertos asuntos… ya me entendéis.
Los tres residentes se relajaron con decepción y comenzaron a salir de la habitación. La directora del hospital se apresuró a indicarle al paciente que cualquier cosa que deseara, sólo tenía que pedirla.
- No sé ni por qué nos molestamos en hablar con él—decía Chase mientras salía-, si nunca deja de inventarse cosas para ridiculizarnos.

La reunión en el despacho de House no era tan esperada como otras veces. Los síntomas de la pizarra no presentaban los habituales jeroglíficos médicos que les hacía exprimir sus cerebros para llegar a un diagnóstico.
- Vamos a ver, chicos y chica, ¿a qué vienen esas caras? ¿No os parece un caso interesante?
- ¿Bromeas?—soltó Foreman, como siempre, liderando la rebelión frente a su jefe- ¿desde cuándo nos preocupamos por un simple xantoma?
- Ya os he dicho que no es un xantoma. Se hizo una biopsia y dio negativa. Además, no todas las lesiones son iguales. Algunas son cicatrices. Parece que le va el sexo duro…
- Pero la analítica muestra unos niveles altos de colesterol…
- ¡No es un jodido xantoma! ¿Qué más puede ser?
Los residentes se sobresaltaron con el grito, y comenzaron a tomárselo más en serio. Foreman hojeó los resultados de las pruebas hechas hasta el momento.
- ¿Cicatriz post-herpez zoster? –sugirió Cameron.
- Bueno, si lo que digo sobre que es Batman fuera verdad, podría tener alguna posibilidad, pero además de en el recto presenta las lesiones en cuello, axilas y otros pliegues. Tan cochino no va a ser…
- ¿Liquen escleroso y atrófico? –probó Chase.
- Sé que los niños de hoy están desarrollados, pero juraría que ese tipo sí tiene los cuarenta y pico que aparenta…
- No es exclusivo de niños…

- ¡No es liquen escleroso! Parece que cuando lo digo gritando me hacéis mas caso…
- Esclerodermia –dijo Foreman-. Además de la hipercolesterolemia, tiene la tensión alta. Eso podría deberse a una fibrosis vascular que hiciera más rígido el sistema circulatorio. Además, si os fijáis, el tipo apenas reaccionó a las barbaridades de House. Tal vez no sea sólo un tipo frío, la esclerodermia produce una pérdida de elasticidad en la piel, lo cual le resta expresividad al rostro.
- ¡Bingo! Ese es mi chico –dijo House con una amplia sonrisa-. ¿Veis como este caso iba a acabar mereciendo la pena?

En la sala de radiología, el equipo encargado del caso comentaba los resultados de las pruebas. Bruce Wayne tenía mal aspecto, cada vez peor, allí de pie mientras esperaba que terminara la prueba.
- Tranquilícese, señor Wayne –le informó por el micrófono la Dra. Cameron cuando se dio cuenta del estado del paciente-. Le estamos haciendo una radiografía simple para ver hasta dónde se ha extendido la lesión. Acabaremos en unos segundos.
El rostro del paciente se fue poniendo más blanco y comenzó a dar arcadas. Los médicos detuvieron la prueba y entraron en la sala a auxiliarle. Le pusieron una palangana para que vomitara, pero cuando por fin lo hizo, el resultado no era lo que estaban esperando. La palangana blanca contrastaba con el rojo oscuro de la sangre que rebosaba de ella.

Continuará... (el sábado 15)

5 comentarios:

X-art dijo...

Te a faltado poner al final "continuará...", porque como lo dejes así,nos vamos a juntar unos cuantos y te haremos una visita. :(

Seguid así.

PD: ¿Cuando viene el Dr. D.E.S.AMOR?

mushu dijo...

es cierto, faltó el continuará y el doctor es los lunes. Y se ha recibido una de alguien que firma como B.W. y ya nos entendemos ¿no?

Anónimo dijo...

nono
no deje de sintonarnos por este batiblog a la mista batidireccion

Anónimo dijo...

What a great site Auto rubber floor mats Appliance discounts maytag washers Quadriplegic woman in a wheelchair Chris ferguson san francisco ca Amana refrigerators+parts troubleshooting honda pressure washers Western australia backpackers car market Shemale cumshot samples movies Used toyota pickup 1994 subaru dlc location voyeurs inside out Kenmore washers vs maytag washers Legislation patents drugs fruit washer

Anónimo dijo...

I have been looking for sites like this for a long time. Thank you! Learn forex trading day forex online system tradin32 Line propecia b imitrex b b generic b lesbian anal dildoebony Insurance mortgage leads in london