ELIGE TU PROPIA AVENTURA: CAPITULO 4, TIA MAY RECUPERA SUS ANSIAS SEXUALES

Llamadme Action Man. Sí, sé que soy una anciana, pero si supierais todo lo que he tenido que pasar en mi vida y cómo acabé en aquel mundo bizarro rodeada de todos aquellos chiflados... Creo que si os habituáis a oír hablar de mí como Action Man, tal vez la historia os resulte más creíble aunque, que lo sepáis, mi nombre es May Reilly, aunque ya nadie me conoce por ese nombre. Todos me conocen como May Parker, o Tía May, y soy la tía de uno de los mayores héroes de todos los tiempos. Por su culpa me vi envuelta en este lío.
Era muy temprano, cuando un tipo muy extraño entró en la Torre de los Vengadores. Iba vestido de cuero, con gafas de sol, a pesar de que apenas había luz. Yo iba en camisón y tenía el cartón de leche en la mano, mientras esperaba a que saltara mi rebanada de pan de la nueva tostadora por emisión de fotones que había creado Tony Stark.

- Buenos días, señora. Mi nombre es Neo, y estoy buscando a Peter Parker.
- ¿Peter? No está... ¿Es usted periodista? ¿Sabe que no puede estar aquí? Esta es la torre de los Vengadores y...
- Lo sé, señora, pero he descubierto que el Arquitecto ha creado una realidad alternativa y que, miembros de esta realidad han traspasado el límite. Las consecuencias pueden ser terribles.
- Pues no te puedo ayudar, hijo... Desde que se desató esa estúpida guerra, casi todos los superhéroes están dándose mamporros unos a otros y Peter también ha salido a jugar con ellos.
- Mmmm... en ese caso, usted vendrá conmigo...
- ¿Yo? Sí, hombre... ¡y yo he sido heraldo de Galactus!—dije sarcástica—Pero no digas tonterías, muchacho...
- No estoy diciendo tonterías, usted es más que apropiada para esta misión. Cuando llegue a nuestro destino lo entenderá. Espere, que accedo a Matrix para cambiarle la ropa...
Cuando me quise dar cuenta tenía el pelo recogido hacia atrás, y llevaba ropa de cuero como la de ese extraño chico. Tenía una gabardina muy amplia y dos Uzi colgadas de las caderas.
- Pero...
- No hay tiempo para peros, se lo contaré por el camino.
- ¿Camino adónde?
- Esto que vamos a hacer es demasiado gordo... Vamos a necesitar un abogado.

Lo que pasó dentro de ese bufete de abogados es digno de contarse, aunque ahora no hay tiempo... Mejor lo dejamos en que Neo me contó todo lo que tenía que saber sobre Matrix y que Jennifer Walters, también conocida como Hulka, se unió a nuestro grupo, después de una larga disputa.
Cuando nos dijo que nos metiéramos en aquella cabina de teléfono de aquel callejón perdido de la mano de Dios, nos negamos en rotundo. Pero el chico era muy obstinado y acabó convenciéndonos para que probáramos...Entramos de una en una: Primero Jennifer, después yo (Action Man) y por último Neo. El chico nos puso al día antes de partir:
- El proceso es sencillo: suena el teléfono, lo cogéis y automáticamente apareceréis en la otra dimensión. Debéis tener mucho cuidado. Si no se está acostumbrado a viajar entre dimensiones, el cuerpo puede mostrar unas reacciones muy extrañas. El efecto más habitual es una exacerbación de la libido. Por eso la elegí a usted, May. Debido a su edad, es poco probable que sufra esos cambios. Al menos uno de nosotros debe mantener el juicio para lograr traer de vuelta a los viajeros.
Después el teléfono de la cabina comenzó a sonar. Hicimos lo que nos dijo, uno a uno, y así partimos hacia otra dimensión.

Si me hubieran dicho que nuestro destino era Sodoma, no habría aceptado hacer ese viaje. La situación era dantesca: Un dragón rojo, que se tocaba con la pata trasera, mientras olía a una exuberante chica rubia con el traje lleno de sangre; una amazona copulando con una chica y con un tipo parecido a Mr. Fantástico; otra amazona que parecía más seria, que observaba atónita la escena junto a un tipo con un extraño anillo verde; y para terminar, una horda de dinosaurios se acercaban en estampida hacia donde estábamos. Cuando miré hacia mis lados, vi que Hulka y Neo estaban empezando a perder el control. Neo se bajó los pantalones y se pegó a la rubia como si fuera un perrillo en celo. La chica, hacía lo posible por resistirse, pero entre el dragón y el chico, no parecía que lo tuviera controlado. Hulka se lanzó al tipo del anillo verde, como si el color le hubiera despertado un extraño instinto. Cuando el tipo quiso darse cuenta, tenía a una giganta de 2 metros manoseándole sus partes nobles. Si era un poco inteligente, se daría cuenta de que cualquier acto que enfureciese a aquella enorme mujer, pondría en peligro algo más preciado que su propio anillo. No sé si por la inteligencia, o por la debilidad de los hombres, el chico se dejó hacer de todo...
Sin embargo yo no me encontraba rara. Tan sólo me subían unas calores que me coloreaban la cara y me proporcionaban un agradable cosquilleo en mi barriga, pero no sentía más. Aunque la verdad, aquello era cada vez más agradable. Pero no tenía tiempo para eso. La situación se complicaba. Los dinosaurios se acercaban a nosotros y nadie parecía estar preparado para soportar el ataque. Un rápido vistazo a la rubia me hizo comprender que el dragón estaba excitado por la sangre del traje de la chica. Un vistazo más detenido me hizo comprender que la sangre que le chorreaba por las piernas era la misma que le manchaba el traje. Me concentré todo lo que pude y hablé por el micrófono que me había dado Neo.
- Necesito compresas.
En menos de un segundo, tenía un paquete de compresas seda con alas ultra super. Silbé a la chica y le lancé el paquete. En un acto que demostró la extraordinaria naturaleza de la que estaba hecha la chica, se lanzó hacia los cielos volando y tras quitar el envoltorio de plástico a las compresas, se metió las 14 unidades en su
vagina. El efecto pareció ser inmediato. Neo se lanzó al aire detrás de la chica, pero el dragón pareció recobrar el sentido y se quedó en el suelo. La amazona cuerda y el dragón reaccionaron a tiempo para soportar la embestida de los dinosaurios, y consiguieron desviar a la manada lo suficiente para que no arrollara a los confusos super héroes. El calor se me iba extendiendo cada vez por más partes de mi cuerpo, y el cosquilleo de la barriga empezó a bajarme por las ingles.
La rubia debió ver que las compresas no eran suficientes, porque entre golpe y golpe a Neo, se tocaba mucho sus partes. Además, llegó un momento en que bajó volando en picado hacia los dinosaurios y le arrancó de cuajo a uno la cola. Se hizo una especie de pañal con la cola del dinosaurio que reforzaba las compresas y evitaba que estas cayeran. Ahí fue cuando el calor se hizo dueña de mi cuerpo.
Miré a un lado y Hulka montaba al del anillo con tal fuerza que éste tuvo que crear un mecanismo hidráulico verde para soportar las embestidas de la heroína. Cambié de dirección y la amazona del corpiño rojo era penetrada por todos sus orificios con el elongable cuerpo del tipo elástico. Arriba, Neo, se tocaba volando detrás de la rubia. De pronto, el agradable calor que me recorría el cuerpo estalló a la altura de mi sexo. Hacía años que no sentía algo remotamente parecido a aquello. Neo pasó volando demasiado cerca mía, y le agarré de una pierna y lo tiré al suelo, a mi lado. Se me quedó mirando extrañado y me quité, arrancando todos los botones de cuajo, el top de cuero que llevaba puesto. Me tiré encima del chico.
Aquella escena debió ser demasiado para el dragón rojo, quien comenzó a vomitar como una cañería. La amazona cuerda se encontraba justo debajo, por lo que todo el vómito le cayó encima. Llegó un momento en que se escuchó un crujido y cuando el chorro de vómito nos permitió mirar, vimos a la amazona tirada en el suelo sangrando por la cabeza, junto a dos tipos: Uno, se parecía a ese enemigo de mi sobrino, Kraven, pero estaba maquillado como una mujer, se había afeitado el bigote y tenía el pelo largo; el otro, se parecía a Logan.
- ¡Puaj! – soltó el dragón—Sabía que no debí comerme al tipo de las garras.
- Por supuesto que no, nene, soy el mejor en lo que hago...

Allí estaba yo, rodeada de gente absurda y agarrando por el miembro a un chico con la edad de mi sobrino, y unas gafas de sol que parecían estar pegadas a la piel. ¿Cómo habíamos llegado a eso?




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