CONSULTORIO SENTIMENTAL DEL
DOCTOR D.E.S. AMOR
Querido doctor:
Mi nombre en clave es Power Girl y mi “problema” son mis enormes pechos. He decir que son el reclamo perfecto para ligar pero en cuanto pesco algo, lo que era un reclamo se convierte en un handicap: aun estando desnuda sólo ven tetas y yo quiero más. Mi peor experiencia fue con un individuo que se hace llamar Tete y su obsesión con las tías de tetas grandes y rubias. En cuanto llegamos a la cama se agarró a ellas y no hubo manera de que las soltaras y todo el rato decía “mi tesoro” y cosas como “ahora entiendo a Gollum…” y no se qué más. La cosa es que esa fue la peor pero no la única. ¿Cómo hago para resolver mi problema?
Estimada paciente:
No se preocupe por ese tal Tete. Yo lo conozco, que es un paciente habitual mío. Tiene una obsesión compulsiva con los pechos, y si esto no fuera una sección pública, le contaría la experiencia que tuvo una vez con una vaca, que... en fin, en otra ocasión, tal vez.
En cuanto a su problema, tendría que decirle que tiene fácil solución, pues siempre podría operarse y practicarse una reducción de mamas, pero mi deber como médico se enfrenta a mi deber como hombre y defensor de nuestro género frente a la humanidad. ¡Por Dios Santo, ni se le ocurra tocarse esos pechos! Si son la prueba más convincente de que Dios existe... Sólo con verlos marcándose en ese traje tan blanquito y tan ajustado que... ahem... perdone, me he desviado de la conversación. El caso es que tengo que comunicarle que la fijación del hombre por los pechos es comprensible. Ya lo dijo Freud, todos añoramos las ubres alimentadoras de nuestras madres y cuando vemos una buena representación en otra señorita pues... que nos dejamos llevar.
Ahora bien, si lo que echa de menos es que le miren a la cara, le recomiendo que se haga con uno de esos pechos de plástico que se compran los hombres para las despedidas de soltero y se lo coloque en la cara. Seguro que es un buen acercamiento. Una vez que pasen tan de cerca por su bonito rostro, puede que incluso les sorprenda que además de unos pechos increíbles, tiene una cara angelical. Si nada de esto que le he dicho le ayuda, le paso mi número personal de teléfono. Llámeme y quedamos alguna noche a cenar y comentamos su problema en un ambiente más relajado. Yo por un paciente... ¡lo que haga falta!
Mi nombre en clave es Power Girl y mi “problema” son mis enormes pechos. He decir que son el reclamo perfecto para ligar pero en cuanto pesco algo, lo que era un reclamo se convierte en un handicap: aun estando desnuda sólo ven tetas y yo quiero más. Mi peor experiencia fue con un individuo que se hace llamar Tete y su obsesión con las tías de tetas grandes y rubias. En cuanto llegamos a la cama se agarró a ellas y no hubo manera de que las soltaras y todo el rato decía “mi tesoro” y cosas como “ahora entiendo a Gollum…” y no se qué más. La cosa es que esa fue la peor pero no la única. ¿Cómo hago para resolver mi problema?
Estimada paciente:
No se preocupe por ese tal Tete. Yo lo conozco, que es un paciente habitual mío. Tiene una obsesión compulsiva con los pechos, y si esto no fuera una sección pública, le contaría la experiencia que tuvo una vez con una vaca, que... en fin, en otra ocasión, tal vez.
En cuanto a su problema, tendría que decirle que tiene fácil solución, pues siempre podría operarse y practicarse una reducción de mamas, pero mi deber como médico se enfrenta a mi deber como hombre y defensor de nuestro género frente a la humanidad. ¡Por Dios Santo, ni se le ocurra tocarse esos pechos! Si son la prueba más convincente de que Dios existe... Sólo con verlos marcándose en ese traje tan blanquito y tan ajustado que... ahem... perdone, me he desviado de la conversación. El caso es que tengo que comunicarle que la fijación del hombre por los pechos es comprensible. Ya lo dijo Freud, todos añoramos las ubres alimentadoras de nuestras madres y cuando vemos una buena representación en otra señorita pues... que nos dejamos llevar.
Ahora bien, si lo que echa de menos es que le miren a la cara, le recomiendo que se haga con uno de esos pechos de plástico que se compran los hombres para las despedidas de soltero y se lo coloque en la cara. Seguro que es un buen acercamiento. Una vez que pasen tan de cerca por su bonito rostro, puede que incluso les sorprenda que además de unos pechos increíbles, tiene una cara angelical. Si nada de esto que le he dicho le ayuda, le paso mi número personal de teléfono. Llámeme y quedamos alguna noche a cenar y comentamos su problema en un ambiente más relajado. Yo por un paciente... ¡lo que haga falta!
6 comentarios:
Pobrecita, si en el fondo la entiendo.
PD: La experiencia del Tete y la vaca, ¿no sería con la vaca del blog de Jotace?
Ayer tocó techo, le va a costar superar aquello.
Puesto a elegir, yo prefiero las ubres de Power girl, y eso que a mi no me van las tetas grandes.
Yo comprendo a Tete, El comprende a Tete, Nosotros comprendemos a Tete, Ellos comprenden a Tete, si Vosotros no lo comprendeis es que no conoceis el gusto de conocer a Power Girl...
menos compresion mas teta....
mente limpia mente limpia mente limpia
me voy al vaño a hacer unos ... ejercisios de meditacion.
(¿puedo decir mente limpia en este blog?)
Puedes repetirlo como si fuera un mantra jeje
>siempre podría operarse y practicarse una reducción de mamas
Ése sería un día aciago para el 50% de la humanidad (y aproximadamente el 10% del 50% restante).
Oye, ¿y la fama que me he creado? Cagontó...
>un individuo que se hace llamar Tete y su obsesión con las tías de tetas grandes y rubias
Ah, y el término correcto es "rubias con las tetas gordas".
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