- Bueno, nenazas, ¿jugáis con nosotros o qué? – dijo Leon-O a la impactada JLA.
- Tendrás que disculparnos pero...
Benji todavía celebraba el gol de Jackie Chan y cuando se acercó a donde había caído la pelota, de la emoción, chutó con todas sus fuerzas. El balón salió disparado aleatoriamente, aunque cuando chocó con la cabeza de Leon-O se vio frenada casi en su totalidad. Eso sí, también provocó que le arrancase de cuajo su cabeza felina y que sólo quedase un cuerpo en silencio que chorreaba sangre por el cuello, como si fuese una fuente.
- ¡Ea, ya nos habéis lesionado al capitán! Pues nos retiramos. Yo me niego a jugar con tantas bajas... – dijo un tipo con cabeza de tigre.
Los Thundercats que quedaban cogieron sus cosas y se fueron del campo de juego. Jackie Chan también había desaparecido misteriosamente, aunque en su lugar había un tipo bajito sin camiseta y con una máscara que le cubría todo menos la boca. Sus ojos azul claro llamaban mucho la atención.
- ¿Por qué no echamos mejor un Royal Rumble? – dijo aquel extraño tipo.
- ¿Y tú quién eres? ¿Y de dónde has salido? – dijo Power Girl extrañada.
- ¡Soy el gran Rey Misterio! ¡Y soy muy amigo del difunto Eddie Guerrero, que en paz descanse! Creo que es un buen momento para rendir tributo a ese gran...
- ¡Anda, déjate de tonterías y vamos a jugar al fútbol! – dijo el pato Howard.
- Venga, pues sorteo de campo, a ver quién saca...
Batman quería morirse. Miró con su más amenazadora, intimidatoria y estupefacta mirada a Green Lantern, autor de aquella última frase.
- Pero es que estás... ¡¿loco?! ¿Cómo vamos a jugar con estos tarados? Además, tenemos que averiguar dónde estamos.
- Mira, Bats, somos ocho y ellos tres: un niño, un pato y un enano. Acabamos con ellos en un plis y nos largamos. Tal vez si ven que les vencemos limpiamente, nos respeten y nos ayuden en nuestra misión...
Batman se lo pensó mejor y vio un mínimo de sentido común en las palabras de Hal Jordan.
- Está bien, vamos allá...
- ¡Un momento! –dijo una voz a sus espaldas—Este partido está desigualado. ¿Aceptáis más gente?
- Claro que sí, venga, necesitamos cinco más—dijo Benji.
Antes de que la JLA pudiese darse la vuelta para ver a los que serían sus rivales, un garfio con una cuerda fue a impactar en la pierna amputada del moribundo Oliver.
- ¡Cooome over here!
Cuando miraron al dueño del garfio, vieron a un ninja vestido de amarillo, que se había quitado la máscara para comerse la pierna del chico. Su cara era una calavera.
- ¿Qué? En realidad significa “¡Ven p’acá!”, pero es que en el juego nunca lo traducen...
Un rápido vistazo al grupo no barruntaba nada bueno: Había otro ninja, pero vestido de azul, que se hacía una granizada con los restos de Oliver; una criatura casi deforme con unas cuchillas en sus manos; un tipo de aspecto bohemio con un sombrero; y un tipo de color, con ambos brazos robotizados.
- ¡Los conozco! – dijo Neo—Son los luchadores de Mortal Kobat: Scorpion, Sub-Zero, Baraka, Kung Lao y Jax. ¡Y mirad! El árbitro es nada menos que el Señor de la Guerra, Shao Khan, y la criatura de cuatro brazos, Goro, se encarga del marcador del partido.
- Esto no me gusta un pelo... – dijo Wonder Woman.
En esto, Baraka, se puso a hacer de animadora improvisada, para transmitir ánimos a su equipo, aunque no se dio cuenta y se hizo cortes por todo el cuerpo con sus cuchillas. Estuvo a punto de no estar a punto para el partido, pero consiguió sobreponerse.
- Venga, hacemos el sorteo de campo—dijo Kung Lao—. Sombrero boca arriba, sacáis vosotros, y bocabajo nosotros.
Lanzó su sombrero al aire, con la mala fortuna de caer sobre el distraído Baraka, que seguía intentando hacer de animadora. El sombrero partió por dos al jugador. Fue un corte limpio y las dos mitades del cuerpo mancharon aún más el terreno de juego.
- ¡Boca arriba! Sacáis vosotros – dijo el árbitro.
Era increíble la indiferencia que mostraban todos a la violencia de aquel juego. La JLA se acercó al balón, un poco asustada por lo que les esperaba.
- Batman, si hay problemas, puedes meter tu pelota en mi inmensa portería—dijo Robin.
- Calla, que ahora no tenemos tiempo para eso...
Era joven y sólo pensaba en una cosa, pero en el fondo le inspiraba ternura al oscuro señor de la noche. Le dio una palmadita en la espalda, para hacerle saber que no le había molestado su ofrecimiento.
La JLA era americana, y nunca habían jugado al fútbol europeo, así que nadie se extrañó cuando Green Lantern sacó del centro y tras menos de un metro tropezó con la pelota y cayó. Afortunadamente, había un árbol allí cerca y pudo apoyarse en él, aunque eso disparó un resorte en el luchador de wrestling de San Diego que comenzó a gritar “¡619, 619!”. Aquel tipo bajito corrió, bordeó el árbol y se agarró a él, aprovechando el impulso para dar la vuelta y golpear en toda la cara a Green Lantern, que comenzó a sangrar escandalosamente.
- ¡Eso es falta! – dijo Neo.
- Cállate, cretino que aquí el árbitro soy yo. – sentenció Shao Khan.
La cosa no mejoró demasiado. En menos de cinco minutos, Sub-Zero le había congelado los pechos a Power Girl y se los había arrancado para llevárselos de recuerdo; Jax le introdujo sus robóticos brazos a Robin por donde la espalda pierde su casto nombre, lo que provocó un ataque de celos de Batman que le clavó un Batarang en toda la cabeza; Kung Lao le rebanó el cuello a Zatanna, cuando esta intentaba pronunciar un hechizo; y el Hombre Elástico intentó detener a Scorpion envolviendo su cuerpo sobre él, sin acordarse del garfio que le atravesó el cuerpo cinco veces antes de que este cayese muerto al terreno de juego.
- ¡Bats, esto no funciona! Nos falta carácter y decisión a la hora de ponernos a su altura... – dijo Wonder Woman.
En ese momento, como si alguna divinidad los hubiese escuchado, volvió a abrirse un portal interdimensional. El arquero rechoncho se había vestido de cuero y su mujer le golpeaba con objetos punzantes:
- ¡Dame, dame en el culete! ¡Oye, echa p’allá ese portal!
Parecía estar disfrutando de aquello. La capacidad amatoria de aquel tipo no tenía límites. Cuando movió el portal, apareció en el dormitorio del dragón rojo. Estaba haciendo un trío con su mujer y una señora mayor. Al parecer le había cogido el gusto a la gerontofilia...
- ¡Oye, quita eso de ahí, anda!
El portal volvió a moverse para, esta vez, ir a parar a una dimensión de donde salieron 5 nuevos superhéroes.
- ¡Oh, Dios mío! – dijo Batman-- ¡Son Ultraman, Superwoman, Owlman, Power Ring y Johnny Quick... el Sindicato del Crimen de Amérika, de Tierra-2!
- Tendrás que disculparnos pero...
Benji todavía celebraba el gol de Jackie Chan y cuando se acercó a donde había caído la pelota, de la emoción, chutó con todas sus fuerzas. El balón salió disparado aleatoriamente, aunque cuando chocó con la cabeza de Leon-O se vio frenada casi en su totalidad. Eso sí, también provocó que le arrancase de cuajo su cabeza felina y que sólo quedase un cuerpo en silencio que chorreaba sangre por el cuello, como si fuese una fuente.
- ¡Ea, ya nos habéis lesionado al capitán! Pues nos retiramos. Yo me niego a jugar con tantas bajas... – dijo un tipo con cabeza de tigre.
Los Thundercats que quedaban cogieron sus cosas y se fueron del campo de juego. Jackie Chan también había desaparecido misteriosamente, aunque en su lugar había un tipo bajito sin camiseta y con una máscara que le cubría todo menos la boca. Sus ojos azul claro llamaban mucho la atención.
- ¿Por qué no echamos mejor un Royal Rumble? – dijo aquel extraño tipo.
- ¿Y tú quién eres? ¿Y de dónde has salido? – dijo Power Girl extrañada.
- ¡Soy el gran Rey Misterio! ¡Y soy muy amigo del difunto Eddie Guerrero, que en paz descanse! Creo que es un buen momento para rendir tributo a ese gran...
- ¡Anda, déjate de tonterías y vamos a jugar al fútbol! – dijo el pato Howard.
- Venga, pues sorteo de campo, a ver quién saca...
Batman quería morirse. Miró con su más amenazadora, intimidatoria y estupefacta mirada a Green Lantern, autor de aquella última frase.
- Pero es que estás... ¡¿loco?! ¿Cómo vamos a jugar con estos tarados? Además, tenemos que averiguar dónde estamos.
- Mira, Bats, somos ocho y ellos tres: un niño, un pato y un enano. Acabamos con ellos en un plis y nos largamos. Tal vez si ven que les vencemos limpiamente, nos respeten y nos ayuden en nuestra misión...
Batman se lo pensó mejor y vio un mínimo de sentido común en las palabras de Hal Jordan.
- Está bien, vamos allá...
- ¡Un momento! –dijo una voz a sus espaldas—Este partido está desigualado. ¿Aceptáis más gente?
- Claro que sí, venga, necesitamos cinco más—dijo Benji.
Antes de que la JLA pudiese darse la vuelta para ver a los que serían sus rivales, un garfio con una cuerda fue a impactar en la pierna amputada del moribundo Oliver.
- ¡Cooome over here!
Cuando miraron al dueño del garfio, vieron a un ninja vestido de amarillo, que se había quitado la máscara para comerse la pierna del chico. Su cara era una calavera.
- ¿Qué? En realidad significa “¡Ven p’acá!”, pero es que en el juego nunca lo traducen...
Un rápido vistazo al grupo no barruntaba nada bueno: Había otro ninja, pero vestido de azul, que se hacía una granizada con los restos de Oliver; una criatura casi deforme con unas cuchillas en sus manos; un tipo de aspecto bohemio con un sombrero; y un tipo de color, con ambos brazos robotizados.
- ¡Los conozco! – dijo Neo—Son los luchadores de Mortal Kobat: Scorpion, Sub-Zero, Baraka, Kung Lao y Jax. ¡Y mirad! El árbitro es nada menos que el Señor de la Guerra, Shao Khan, y la criatura de cuatro brazos, Goro, se encarga del marcador del partido.
- Esto no me gusta un pelo... – dijo Wonder Woman.
En esto, Baraka, se puso a hacer de animadora improvisada, para transmitir ánimos a su equipo, aunque no se dio cuenta y se hizo cortes por todo el cuerpo con sus cuchillas. Estuvo a punto de no estar a punto para el partido, pero consiguió sobreponerse.
- Venga, hacemos el sorteo de campo—dijo Kung Lao—. Sombrero boca arriba, sacáis vosotros, y bocabajo nosotros.
Lanzó su sombrero al aire, con la mala fortuna de caer sobre el distraído Baraka, que seguía intentando hacer de animadora. El sombrero partió por dos al jugador. Fue un corte limpio y las dos mitades del cuerpo mancharon aún más el terreno de juego.
- ¡Boca arriba! Sacáis vosotros – dijo el árbitro.
Era increíble la indiferencia que mostraban todos a la violencia de aquel juego. La JLA se acercó al balón, un poco asustada por lo que les esperaba.
- Batman, si hay problemas, puedes meter tu pelota en mi inmensa portería—dijo Robin.
- Calla, que ahora no tenemos tiempo para eso...
Era joven y sólo pensaba en una cosa, pero en el fondo le inspiraba ternura al oscuro señor de la noche. Le dio una palmadita en la espalda, para hacerle saber que no le había molestado su ofrecimiento.
La JLA era americana, y nunca habían jugado al fútbol europeo, así que nadie se extrañó cuando Green Lantern sacó del centro y tras menos de un metro tropezó con la pelota y cayó. Afortunadamente, había un árbol allí cerca y pudo apoyarse en él, aunque eso disparó un resorte en el luchador de wrestling de San Diego que comenzó a gritar “¡619, 619!”. Aquel tipo bajito corrió, bordeó el árbol y se agarró a él, aprovechando el impulso para dar la vuelta y golpear en toda la cara a Green Lantern, que comenzó a sangrar escandalosamente.
- ¡Eso es falta! – dijo Neo.
- Cállate, cretino que aquí el árbitro soy yo. – sentenció Shao Khan.
La cosa no mejoró demasiado. En menos de cinco minutos, Sub-Zero le había congelado los pechos a Power Girl y se los había arrancado para llevárselos de recuerdo; Jax le introdujo sus robóticos brazos a Robin por donde la espalda pierde su casto nombre, lo que provocó un ataque de celos de Batman que le clavó un Batarang en toda la cabeza; Kung Lao le rebanó el cuello a Zatanna, cuando esta intentaba pronunciar un hechizo; y el Hombre Elástico intentó detener a Scorpion envolviendo su cuerpo sobre él, sin acordarse del garfio que le atravesó el cuerpo cinco veces antes de que este cayese muerto al terreno de juego.
- ¡Bats, esto no funciona! Nos falta carácter y decisión a la hora de ponernos a su altura... – dijo Wonder Woman.
En ese momento, como si alguna divinidad los hubiese escuchado, volvió a abrirse un portal interdimensional. El arquero rechoncho se había vestido de cuero y su mujer le golpeaba con objetos punzantes:
- ¡Dame, dame en el culete! ¡Oye, echa p’allá ese portal!
Parecía estar disfrutando de aquello. La capacidad amatoria de aquel tipo no tenía límites. Cuando movió el portal, apareció en el dormitorio del dragón rojo. Estaba haciendo un trío con su mujer y una señora mayor. Al parecer le había cogido el gusto a la gerontofilia...
- ¡Oye, quita eso de ahí, anda!
El portal volvió a moverse para, esta vez, ir a parar a una dimensión de donde salieron 5 nuevos superhéroes.
- ¡Oh, Dios mío! – dijo Batman-- ¡Son Ultraman, Superwoman, Owlman, Power Ring y Johnny Quick... el Sindicato del Crimen de Amérika, de Tierra-2!
3 comentarios:
SANGRE!!!SANGRE!!!
Esto se va animando.....
(Modo susurro:ON)
PD: Teneis que entenderme, estoy de sexo un poco saturado
(Modo susurro:OFF)
Como esto siga asi aki va amorir hasta el tato........Por k no hacer una historia, sobre Madrox en un dia festivo, en el supermercado de Mallrats.Seria bonito para esta epoca navideña.
...........and may the pichurrina be with you!
A ver... Yo quiero que el sindicato este se una al partido y que lo terminen, pero que luego se vayan a otra dimensión. En cuanto al partido, quiero que el partido termine cuando mueren todos los de un equipo y el que mas goles lleve gana, pero cuando se termina, todos vuelven a la vida como si nada y los protas, como premio, van a otra dimension, pero los de Tierra 2 se quedan para poder matar a todo el que quieran.
Publicar un comentario