16 enero 2007

CONSULTORIO SENTIMENTAL DEL DOCTOR D.E.S. AMOR, HOY JONATHAN KENT



CONSULTORIO SENTIMENTAL DEL
DOCTOR D.E.S. AMOR


Muy buenas doctor:

Me llamo Jonathan Kent y tengo un problema de órdago. Hace años sufrí un infarto, lo digo por ponerlo en antecedente, y desde hace una buena temporada tengo una disfunción eréctil, o sea, ya me entiende, que no se… se… levanta vamos. Y aunque lo tengo asumido, triste pero cierto, debido a mi longeva edad me encuentro con que mi señora se le ha subido la libido (¡ahora que no puedo!), no puedo tomar la pastillita azul por mi cardiopatía y a ella no le funcionan las duchas fría ¿Qué hago por dios?

Espero respuesta decaído y estresado:

Jonathan K.


Mire usted, pregúntele a su mujer, que ya le contesté eso mismo la semana pasada... y pónganse de acuerdo, leñe, que me bloquean la centralita de e-mails. Pero bueno, como la solución que le di, puede que no le resulte demasiado agradable, le intentaré dar algunas alternativas:
- Me comenta que tienen una longeva edad. Intente a probar con alguna película picantona donde salgan alegres y lozanas jovenzuelas ligeras de ropa. Comprendo que a su edad, lo normal es que su mujer tenga unos pechos rodilleros y más arrugas que un Chow-Chow. Puede que todo su problema sea visual. No sé dónde viven, pero generalmente las teles locales, a partir de las 12 de la noche son propensas a emitir películas donde, además de darle ideas para posturas y demás, pueden ayudarle a estimular el factor visual. Le garantizo que es muy importante. Y se lo digo yo, que estoy casado con una hembra que es un encanto, pero que pesa 345 kilos y no siempre es fácil ponerle la cara de Angelina Jolie. Eso sí, con su cuerpo me da para ponerle varias cabezas, aunque eso no siempre es excitante... Pero no estamos hablando de mí, sino de usted y su problema.

- Le doy una última solución: Si lo echa mucho mucho mucho en falta, y su edad ya es muy avanzada, yo le recomiendo irse al otro barrio por todo lo grande. Péguese un último homenaje. Hagan el amor ruso, es decir, que nunca sabrán cuándo su corazón hará puf, pero mientras le dure, aproveche estos últimos años.

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