¡ELIGE TU PROPIA AVENTURA! CAPÍTULO 18: BATMAN Y LOS 4F BUSCAN REFUERZOS

Hace unos días.

Cuando Reed Richards le enseñó la máquina de salto interdimensional a Batman, a éste se le quedó cara de tonto. Llevaban días y días intentando alcanzar su propia dimensión y resulta que un tipo tenía el billete de vuelta enterrado en un laboratorio, como si de una bici vieja se tratase.

- No perdamos, tiempo. Subamos al transportador – dijo Reed.
- ¡Ouch! – Batman se golpeó la cabeza con el quicio de la puerta.
Entraron en el transportador y Richards programó la máquina para viajar a la dimensión del Universo DC. Después de un mareante aunque corto viaje, la máquina se detuvo y las puertas se abrieron. Batman asomó la cabeza intentando averiguar dónde estaban.

- Creo que estamos en Star City. Magnífico, podemos reclutar a Green Arrow. Es un poco cabezón, pero sin duda es uno de los que me gustaría tener a mi lado a la hora de luchar...

Batman salió de la máquina, con la mala suerte de que fue a pisar en un excremento de perro. Se manchó toda la bota, con el correspondiente tufo que desprendía. Incluso el bueno de Ben Grimm torció el gesto repugnado. Después de limpiarse un poco con un bat-clinex, partieron hacia el Ayuntamiento de Star City, donde Batman había sugerido hablar con el nuevo alcalde de la ciudad, Oliver Queen, quien siempre había guardado un contacto muy cercano con el superhéroe. Cualquier otra persona tendría que haber esperado días e incluso semanas para poder hablar con el alcalde, pero la imponente figura de Batman hacía que las puertas se abriesen mucho más rápido que a cualquier otro.

- Batman, qué sorpresa –contestó por fin el alcalde, cuando pasaron a su despacho--. Vaya, veo que traes compañía. ¿Quiénes son?
- Somos los 4 fantásticos, alcalde Queen. Mi nombre es Reed Richards y estos de aquí son la Antorcha Humana, la Mujer Invisible y La Cosa.
- Je, el rocoso haría buenas migas con Ladrillo, un jefe de la mafia de la ciudad. Pero sentaos, por favor. ¡No, Batman, en esa silla no, que está ro....!
- No pasa nada—contestó Batman levantándose--. Mira, tenemos que reclutar a gente para enfrentarnos a un grupo de artistas que han perdido el norte en un Universo Paralelo. Tenemos que hacerles frente nosotros, para que no cuenten con la ventaja de conocernos...
- Perdona, Batman, pero no me parece una buena idea. Aunque no nos conozcan, conocen nuestro modus operandi, y acabarán haciéndonos frente. Sin embargo, si les atacamos con sus mismas armas...
- ¿Te refieres a llamar a los que escriben sus diálogos? Ese sería ya Dios, ¿no?
- No, Ben, creo que lo que el alcalde Queen dice es avisar a otros autores que puedan hacerles frente. Pero... ¿quién? Ninguno querrá ponerse de malas con el editor de un universo paralelo. Nadie sabe dónde van a necesitar trabajar el día de mañana...
- Bueno, señor Richards, tal vez yo conozca a uno...

Presente.

John Zombyrne se dirigía al grupo de héroes, pero cuando vio a Batman se detuvo en seco.

- ¡Tú! –señaló a Batman—Tú me has traído a esta dimensión y mira lo que me han hecho. ¡Denunciado! Voy a comerte el cerebro y después voy a denunciarte...
- ¡No te preocupes, Batman! –dijo la Viuda Negra—Aquí tenemos a Hulka, que es la mejor abogada que puedes conseguir...
- ¡No necesito abogados! Lo que necesito es acabar con ese zombie... Ataquémosles... Venga, 4 Fantásticos demostrémosles que hemos hecho un buen grupo... ¿dónde se han metido?
- Creo que han oído hablar de Hulka y se han ido a por ella –contestó Puñal--. Creo que esos cinco no mantienen una relación muy sana... se ponen burros cuando oyen hablar de ella.

Zombyrne se dirigó a Batman para intentar morderle. Éste respondió con un ágil movimiento, con el que consiguió esquivarlo, aunque con la mala suerte de que fue a aterrizar sobre una madera de la que sobresalía un clavo.

- ¡¡¡Aaaaaaagh!!! ¿¿¿Pero es que no van a dejar de pasarme estas cosas???

Zombyrne aprovechó el traspié del cruzado enmascarado para intentar abalanzarse sobre su cabeza. Las chicas le golpearon con sus mejores armas, pero el muerto viviente parecía resistir a todos los ataques. Green Lantern creó una celda a su alrededor para retenerlo mientras planeaban algo, pero Byrne tenía dientes de oro y al morder los barrotes con algo amarillo, se abrió paso con suma facilidad.

- ¡Esto va de mal en peor, chicos! Tenéis que hacer algo... –decía Quesada, cada vez más asustado, y consciente de que la próxima víctima de Zombyrne, una vez acabara con el murciélago, iba a ser él.
Una flecha surcó el aire cayendo justo a los pies del enemigo. Inmediatamente comenzó a despedir un líquido viscoso que se solidificó alrededor de sus pies, inmovilizándolo parcialmente. Todos se volvieron hacia el arquero.

- ¡Green Arrow! –soltó con alegría Green Lantern.
- ¿Ese no es el tipo que fue con el dragón rojo a la otra dimensión? –dijo un Lobezno que cada vez se encontraba más fuera de lugar...
- Sí, amigos. Cuando me enteré de que Oliver Queen os había puesto en contacto con John Byrne, supe que tenía que tener un plan B. Este tipo no es buen compañero en ningún bando, y siempre puede volverse en tu contra... Así que he traído a otro rebelde, a alguien que nadie puede hacer frente es... ¡Alan Moore!

Un enorme tipo con barba de 10 años y con mirada funesta apareció junto al arquero. Llevaba anillos y collares y parecía más un indigente que un artista, y llevaba una regadera en sus manos.

- ¡... y su regadera mágica!—dijo el propio Moore.
De repente, la habitación comenzó a temblar y un resplandor morado cegó a los muchos que allí se encontraban. En lo más alto, una figura levitando.
- ¡Por el ojo de Vishanti y la madre que parió a Rashmouriki! ¡Estos continuos saltos interdimensionales me están dando un dolor de cabeza de la leche! ¡Tenéis que dejar el continuo espacio-temporal quieto de una vez! ¡Joooooder!
- ¡Dr. Extraño...!
- Ni Dr. Extraño, ni la madre que parió a Antoñete, o sus estáis quietos o me pongo a repartir leches como que me llamo Stephen Rarito Extraño.

Los numerosos frentes abiertos se miraban entre sí, sin saber qué hacer...