05 febrero 2007

¡ELIGE TU PROPIA AVENTURA! CAPÍTULO 21: LOS OSOS AMOROSOS.

Zatanna intentaba, mediante hechizos, intentar averiguar algo de la dimensión en la que se encontraban. Los demás héroes seguían increpando a Ellie Bloodstone por haberle volado la tapa de los sesos al Dr. Extraño.
- ¡De verdad que no entiendo por qué tenías que hacer eso, tía! –le gritaba Puñal, más fuera de sus casillas de lo que era habitual verla.
- ¡Otra vez! Que me estaba dando mal rollo... Que no ha dejado de mandarnos de un sitio para otro desde que empezó todo esto. Fíjate, que creo que fue él el que comenzó esta estúpida guerra... –contestó.
- Puede que tenga razón, después de todo—intervino Lobezno—. Él fue quien concertó la primera cita con Quesada para tratar el tema de nuestro protagonismo...
- ¡¡¿¿Lo veis??!! –Ellie no podía creerse que pudiera salir indemne de todo aquel lío.
- A ver, chicos, calmaos. Escuchadme un momento—Zatanna mostraba algo de ilusión en su cara—. Creo que he encontrado una manera de salir de esta dimensión. He estado estudiando el espectro astral de este sitio, y parece una especie de limbo interdimensional. Yo no puedo sacarnos de aquí, pero sí conocemos a alguien que puede hacerlo... De aquí sólo se puede salir con magia como la que hacía nuestro difunto amigo, o con una herramienta de poder cósmico como la que tiene alguien que conocemos... ¡Green Lantern!

Todos exclamaron emocionados por la noticia, y fueron buscando con la mirada a Hal Jordan. Sin embargo, éste parecía ser el único que no estaba del todo contento con lo que había dicho Zatanna... tenía los brazos cruzadas tras la espalda y miraba hacia el suelo, preocupado.

- ¿Qué pasa, Hal?—dijo Batman, al darse cuenta de que algo no marchaba bien—. ¿Es que no crees que seas capaz?
- No es eso, Batman. Es que...
Hal Jordan sacó su brazo de detrás de la espalda y todos pudieron ver la mano derecha del Green Lantern envuelta en un trapo rojo que alguna vez debió ser blanco. Giró su cabeza indicando a sus compañeros qué había desencadenado esa situación. Zombyrne, ajeno a todo, rebañaba el último dedo de la mano amputada como si fuera una alita de pollo.

- ¡Os advertí de que era una amenaza! –dijo Green Arrow sacando una flecha de su carcaj—. Bueno, hay que recuperar el anillo, ¿no? Pues yo lo saco de ahí...
- ¡Espera, Ollie! Seguimos teniendo un problema...
Green Lantern sacó el otro brazo de la espalda y mostró su otra mano amputada también, y envuelta en otro trapo sanguinolento.
- ¡Me cago en...!
- Calma, Lobezno, tenemos que buscar otra solución... –Batman había tomado el liderato sin que se discutiese.
- De hecho... creo que podría haber una solución. No puedo sacaros de aquí, pero si puedo traer a alguien. Puedo realizar un hechizo que traiga a alguien, pero necesitaría vuestra ayuda...
Zatanna le explicó a todos cómo funcionaba el hechizo. Todos tenían que concentrarse en la misma persona, para que la fuerza de voluntad de todos los superhéroes ayudase a aportar la energía suficiente para el viaje interdimensional.
- ¡Pero no os olvidéis! Tenemos que pensar todos en la misma persona. Si alguien piensa en alguien distinto, puede producirse una fusión irreversible de las dos entidades con consecuencias terribles para el continuo espacio-tiempo del multiverso.
- ¡Entonces está claro! –dijo Ralph Dibny—. Debemos concentrarnos en recuperar a nuestros dos Green Lantern perdidos. Puede que todavía se encuentren atrapados en la dimensión zombie...
- ¡De acuerdo! Unid todos vuestras manos y vaciad vuestra mente... Concentraos en Guy Gardner y en G’nort. ¡Sólo en ellos! Focalizad la imagen en vuestra mente... y vamos allá...
- Slurp, slurp.
- ¿No puede alguien callar a ese jodido zombie? No me deja concentrarme...
- ¡Concéntrate, Lobezno! Guy y G’nort... Guy y G’nort... ¡DEART A SOLLEUQA NE SOL EUQ SOMASNEP!

Un destello de luz más brillante que el propio blanco de la dimensión dio paso a la apertura de un portal interdimensional. El destello se fue apagando y los superhéroes fueron reacomodando de nuevo la vista y comenzaron a ver más detalles de las dos figuras que habían cruzado el portal. Sin duda, eran Guy y G’nort, que iban con Uzis, y katanas en las manos pero sus vestimentas... El verde había dejado paso al rosa... G’nort no parecía muy diferente, pero Guy Gardner tenía mucho más pelo, y la cara más afilada, como si tuviera un morro de animal.



- ¿Pero qué coj...? Oh, Dios mío, Dinah se va a mear cuando le cuente esto...
- ¡¡¡¡¿¿¿QUÉ $%@#&~ ME HABÉIS HECHO???!!!
Zatanna miraba extrañada, algo había salido mal. Miró uno por uno a sus compañeros, buscando el culpable. Finalmente vio a uno de los dos luchadores de wrestling especialmente ruborizado, y sin querer mirar a la cara de nadie...
- ¡”Estaca” Duggan! ¡¡¿En quién estabas pensando?!!
- Yo... ¡es que no sabía quiénes eran...! Pensé en mi programa de TV favorito de todos los tiempos...
- Oh, Dios mío, Zee, si me concentro mucho, ¿no crees que puedas traer a Dinah para que lo vea? - ¡Ollie, cállate ya! ¿Qué programa, Duggan?
- ¡Los Osos amorosos!
- ¡Jooooooder!

Ni en las peores crisis de su mundo, había escuchado nunca nadie a la Encantadora Zatanna soltar un taco...







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4 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Qué osito más lindísimo y más... amoroso! :D

Igualito a Talphin, oyes.

Anónimo dijo...

Amoroso no se, pero vamos tal y como va la cosa. Lo mas seguro que llegue algun cazador furtivo y se lo cepille en cualquier momento!
Eso si que sea gore, que me apetece un poco de sangria!

Alejandro dijo...

> Igualito a Talphin, oyes.

Grrr... Ya sé de uno que va a quitarle el puesto de gerontófilo al dragón rojo. Tía May, ponte la ropa interior de los domingos, que SuperApostrofis está fogoso...

mushu dijo...

Por fin, aunque hay que reconocer que apos tiene razón...así todo peludito, mullidito, con toda esa carnita y de verde... Es que es clavadito.