¡ELIGE TU PROPIA AVENTURA! BORN AGAIN… ¡Y TANTO! (PARTE III)

Matt no pudo evitar a tiempo que Steve se les uniera. Para lo que tenía planeado, no le interesaba en absoluto mezclar al héroe Steve Rogers. Pero ya estaba hecho, la Capitana entró en el trío y se llevó toda la carga amativa del enorme villano.

- Vaya, Robbie ha hecho un gran trabajo contigo. Menudos pechazos… --dijo Kingpin entre acometida y acometida.

Marten consiguió salir del encuentro sin una sola caricia de su enemigo. El trabajo del cirujano debía haber sido realmente bueno con el Capi, porque Kingpin pareció evitarle en cuanto el héroe se les unió. El encuentro acabó de manera satisfactoria para los tres, porque Marten tenía un plan que destrozaría al magnate y sus dos acompañantes habían acabado satisfechos en otro sentido.
A la mañana siguiente, Maddie encendió la televisión a toda prisa. Los canales de noticias no decían nada. Extrañado, comenzó a cambiar de canales buscando la noticia que esperaba… pero nada. ¡No podía ser! Había mandado la cinta grabada con cámara oculta a todas las cadenas de televisión, pero ninguna la estaba emitiendo. ¡¿Cómo podía ser?! Kingpin no podía haberse enterado a tiempo de que no las emitiesen, por lo que no podía haber usado sus influencias para detener la emisión a tiempo y por otro lado… Mientras su mente daba vueltas, encontró la respuesta. Había acabado en un programa de cotilleos, donde un “periodista” gritaba a voz en grito:

- ¡Pues a mí me ha llegado un rumor de que se han recibido unas cintas en las que cierto director de periódico de tirada “muuuundial” aparece en actitud más que cariñosa con dos guapas travestis! Pero dicen que dicho director ha bloqueado la publicación del reportaje, aunque de todos modos, según me han dicho, la cinta era de más que mala calidad. Vamos, que parecía que la hubiese grabado un ciego…

-¡Cállate, Karmele!

¡Dios! ¿Sería ese el vídeo…? ¡Claro! Kingpin dijo que se llamaba Pedro J., como ese director de periódico que se llamaba… ¡Oh, no! Cruel destino, qué triste jugarreta tenías preparada. En ese momento, alguien llamó a la puerta. ¿Sería Kingpin? ¿Lo habría encontrado? Un esfuerzo para agudizar el oído le reveló la identidad de su invitado.

- Hola, Steve, pasa.
- Matt. ¿Sabes por qué he venido?
- Me lo imagino… ¿Cómo hemos podido llegar a esto?
- Entonces, ¿a ti también te han llamado? –el tono del Capi sonaba excitado.
- ¿Llamarme? ¿Quién? No te entiendo…
- El video ese que has filtrado… resulta que lo han visto unos señores de una productora… Matt, ¡quieren que nos convirtamos en actrices porno!
- ¡¿Actrices?! Pero, ¿qué estás…?
- Tío, es maravilloso. Yo ya le he pedido cita al doctor para que me retoque las cuerdas vocales. Ya tengo hasta pensado el nombre de trabajo… Jenna Jameson. ¿Lo pillas? ¡Como el editor del Bugle! Eso se lleva mucho ahora, lo de ponerse nombres similares a famosos.
- Pero, Steve, ¿qué estás diciendo? ¿Cómo vas a meterte en eso? ¿Y qué va a ser del Capitán América? ¿Quién se va a hacer cargo de una responsabilidad como esa?

El tono de Steve se calmó un poco, pero seguía excitado. Las pulsaciones no disminuían y el fuerte aroma a endorfinas y feromonas inundó la habitación.
- Verás, he hablado con un tipo… Creo que lo conoces. Ha aceptado hacerse cargo del puesto…
- ¡¿Frank Castle?! Steve, si el Castigador se hace Capitán América, me cambio el nombre a Asia Carrera y me meto a actriz porno contigo…

¿FIN?