27 abril 2007

SECUELAS DEL SALÓ: COMPARATIVA CON EL NUEVO RECINTO

Bueno. Me gustaría comentar algo que en la crónica no hemos incluido ninguno. Y es el nuevo recinto donde ha tenido lugar este año el Saló. Está enfrente del que estuvo el año pasado y la verdad es que es bastante más amplio. Pero no siempre lo más grande da más alegrías, porque en este caso, aunque las tiendas estaban más dispersas, yo he tenido la sensación de que había menos material antiguo. No sé si será una percepción real, o es que el año pasado te recorrías más fácilmente (y con más atascos, eso sí) los stands.
Otro handicap del nuevo recinto es el tema de las firmas, aunque creo que no es culpa del recinto, sino de la organización, porque donde colocaron el stand para firmar este año estaba un poco aislado, e incluso a veces daba la sensación de que estaba casi aislado. El año pasado también estaba aparte, pero el hecho de estar en el mismo sitio que otras muchas actividades como charlas y aquel mural para el taller de graffiti le daba una sensación de más integrado. Puede que sea demasiado tiquismiquis, puede ser... Lo que sí propongo a modo de grito mudo desde aquí es cambiar el tema de las firmas. Ya me quejé en su día, pero creo que no cuesta trabajo organizar una sesión numerada y dividir el aspecto dibujos de firmas. Aunque parezca casi increíble, hay gente que no le da tanta prioridad a los dibujos, y que tal vez no le merezca la pena pegarse dos horas de cola para que simplemente le autografien su cómic favorito. Yo soy uno de esos.
Ahora bien, si hay algo en lo que ha fallado estrepitosamente el nuevo recinto es en el tema charlas. El año pasado había una sala de conferencias acondicionada perfectamente, y aislada del griterío de los stands. Este año, se ha montado un improvisado salón de actos, en pleno bullerío, y sin ningún tipo de aislamiento sonoro. Así, el pobre Jimmy Palmiotti tuvo que detenerse un par de veces en su charla, porque los señores del Sci-Fi Channel habían organizado una pintoresca campaña de publicidad de su serie Héroes, y un puñado de animadores recorrían el Saló con sirenas y megáfonos. Al menos, Palmiotti tuvo sentido del humor cuando extrañado por las sirenas, dijo: La verdad es que con tanto ruido y sirenas... ¡parece que esté de vuelta en Manhattan! El final de la charla fue francamente incómodo de escuchar.
En definitiva, un recinto más que válido, aunque tal vez haya un par de cositas que pulir.

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