04 junio 2007

¡ELIGE TU PROPIA AVENTURA! PACO MIRANDA, AGENTE DE GOTHAM CENTRAL (PARTE I)

Las relaciones entre Batman y el Departamento de Policía de Gotham no estaban en su mejor momento. Fuera como fuera, el justiciero enmascarado siempre hacía quedar como unos peleles a los policías. Y trabajar en un ambiente así era algo muy difícil. Don Lorenzo, el Comisario, había dado órdenes explícitas de quitar la señal luminosa del tejado, lo que suponía la ruptura de relaciones entre ambas partes. Quique Montoya, a quien Batman había salvado en numerosas ocasiones subió al tejado a darle un último vistazo.


La batseñal. Durante años había supuesto algo más que una manera de llamar al arma más poderosa del orden en Gotham. El detective Quique Montoya recordaba cuando Dos Caras le secuestró y sacó a la luz pública su condición de homosexual. Como si le estuvieran leyendo la mente, una voz se abrió paso entre el habitual ruido de fondo de las calles de Gotham City.
- Pero chatín, ¿qué me estáis hacieeendo?
- ¿Batman?
- Claro que sí, chatín. El comisario ha perdido la cabeeeeza. Vamos a ver, que sí, que con la guerra de bandas me pasé un poco, puede ser, pero que aquí no hay nadie con mi figura, con mi porte…
- Ya, Batman, si yo lo siento, pero es que Don Lorenzo ha dado órdenes específicas y…
- Bueno, pues allá vosotros, pero ya os enteraréis, ya. Yo me voy a tomar una botella de vinito con una señorita joven, con un porte exquisito, con unas caderas… bueno, que me salgo del papel, chatín. Venga, ya nos veremos, y ten cuidado con lo que hacéis, a ver si voy a tener que canearos.
- Sí, Batman.
Una vez más, Batman desapareció entre las sombras y así pudo volver a recrearse en la vista del emblema más importante que tenía la ciudad.

Mariano se peleaba con el ordenador, mientras Lucas intentaba concentrarse en sus informes.
- Vamos a ver, Mariano, ¿quieres estarte quieto de una vez con el ordenador? Que te lo vas a cargar…
- ¡Es que no puedo con esto de Internet, tío! Estoy intentando buscar unas pistas del caso del Pingüino, y no sé cómo me he metido en la página esta de ebay…
- A veeeer, deja que te ayude. Desde luego, que la informática no es lo tuyo, Mariano.
La cara del detective comenzó a cambiarse radicalmente.
- Ostia, Mariano. ¿Esto lo has encontrado tú? ¿No te das cuenta de lo que significa…?
- Pero si es que no sé ni dónde me he metido, Lucas.
- Esta es la página de ebay, la página más grande de subastas por Internet. Y mira lo que vende este tal Corrigan1975: Es el paraguas que usó el Pingüino en el crimen que estamos llevando. ¡Me cago en…!
- Pero, Lucas, ¡¿adónde vas con la pistola?! Ven aquí, chiquillo, explícame por lo menos lo que pasa.
- ¿No lo entiendes, Mariano? ¡Tenemos un puto topo dentro de la comisaría! Alguien está vendiendo las pruebas de nuestros casos! Ahora, que yo a ese cabrón lo encuentro por mis muertos que sí. Deja que le apunte uno por uno a esos cagados de ahí fuera…
- Espera Lucas. Tenemos que contárselo a Paco. Espera que lo llamo—Mariano sacó su móvil y comenzó a marcar—. Qué fuerte, ¿por qué nos tendrá que pasar todo a nosotros siempre?
- Pues yo acababa esto de un plumazo.


En ese momento entró el Inspector Miranda en la sala. Llevaba el móvil en la mano, mientras una música taurina sonaba indicando una llamada entrante.
- ¿Para qué me estás llamando, Mariano? Si estoy aquí al lado.
- No te lo vas a creer, Paco…
En ese momento, una nueva entrada volvió a interrumpir la conversación. Era Jose Luis Povedilla, que entraba con una caja de cartón llena de cosas entre sus brazos.
- Perdone, Inspector Miranda, pero voy a bajar esta caja con evidencias al almacén, ¿vale? Es que tengo que ir al alergólogo que tengo revis…
- Claro que sí, Povedilla. ¿Adónde va a ir si no con esas pruebas? ¿Al rastro a venderlas?


Las miradas de los otros dos detectives se cruzaron como si estuvieran pensando lo mismo. El novato abandonó la sala y se fue con la caja. Lucas se asomó entre las persianas del despacho para observar a Povedilla, mientras el Inspector intentaba averiguar qué estaba sucediendo.
- Povedilla es un topo, Paco.
- ¿Qué? Pero, ¿qué me estáis contando? Vamos a ver… ¿De dónde habéis sacado eso?
- Que sí, Paco, que sí. Mira esta página de Internet. Alguien está vendiendo pruebas y tiene que ser desde aquí dentro, vamos digo yo. No va a entrar a robar por las noches y las va a vender al día siguiente.
- Déjamelo a mí, Paco. Yo me voy con él para abajo y lo cojo por los huevos y por mis muertos que ese confiesa…
- Bueno, tranquilos, esperad que vea yo eso del Internet.
A medida que pasaba entre los artículos, la cara de Paco Miranda iba poniéndose más y más pálida.
- Pero bueno, esto es… Esto es más grave de lo que yo pensaba… ¡Povedilla! ¿Cómo ha podido…?
- Va a casarse con Rita, Paco. Tiene que estar intentando reunir dinero para la boda.
- Bueno, tranquilos. Vamos a conseguir que confiese. Don Lorenzo nos ha mandado a investigar un crimen. Vamos a meter pruebas falsas y se lo diremos sólo a él, para tenderle una trampa. Si Povedilla es el topo, va a sacarlas a la venta esta misma semana.
- ¡Bien pensado, Paco!

El escenario del crimen estaba todo revuelto. Bióloga Venenosa había robado en una joyería y había dejado todo patas arriba. La atmósfera era casi irrespirable de tantos pólenes en el ambiente.
- Creo que no hay muchas dudas sobre quién ha robado aquí, ¿no?—dijo el Inspector Miranda.
- Mira, Paco—añadió Mariano—, cuando me dijiste que podía ser Bióloga Venenosa, cogí esta mascarilla de la Comisaría. Podríamos decir que la tenía uno de los cómplices de Bióloga y dársela a Povedilla…
- ¡Es una idea cojonuda, Mariano! Veremos ahora si Povedilla muerde el anzuelo.

Los tres policías siguieron el plan a rajatabla. Le dieron las pruebas a Povedilla para que las llevara al almacén y se limitaron a esperar. Dudaban si deberían consultarles sus sospechas a Don Lorenzo o no y, como si éste les estuviera espiando, entró en el despacho de Paco junto a su perrito faldero, Gonzalo.
- Inspector Miranda, mire, tiene qu… ¡Pero, ¿se puede saber qué leches estáis haciendo ahí los tres mirando por las persianas?!
- Nada, nada, don Lorenzo. Es que estamos…
En ese momento, entraron Povedilla y Rita en el despacho. El primero llevaba en la mano la máscara que habían introducido como prueba gancho.
- Perdone, Inspector Mir… Uy, hola, Don Lorenzo. Miren ustedes, que me preguntaba si les importaba que saliéramos un poco antes, que es que Jose Luis tiene que ir al médico porque…
- Sí, sí—zanjó Don Lorenzo—. Vayan a donde tengan que ir, pero déjennos solos.
Los tres se miraron en ese momento, dudando qué hacer al respecto.





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3 comentarios:

Anónimo dijo...

Juas Juas cojonudo ese batman!!

Bueno esta bastante clarito (imagino que es lo que teniais pensado) que biologa venenosa tiene que ser ana obregon, pero quiero añadir que venga con Harly Queen interpretada por........ Leticia Sabater!!!

Alejandro dijo...

gabinladen, eres perverso... hazte mirar esa mente tuya, anda. Leti Queen. Aaaagh, lo peor es que me gusta! ;)

Anónimo dijo...

Con suerte, volvéis a hacer de ella la Leticia más famosa de Celtiberia.