15 octubre 2007

ELIGE TU AVENTURA: LOBEZNO, HÉROE PARA TODO (I)

Esta historia tiene lugar justo después de Diezmados, y antes de la Guerra
Civil.


Logan se despertó aquel miércoles como otro día cualquiera. Se dio una ducha rápida, sin usar jabón, para conservar su aroma a animal, y salió a trabajar. Se reunió en la Torre de los Nuevos Vengadores donde se encontró con sus compañeros.
- Hey, Spidey, ¿qué pasa?
- Pues ya ves.
- Logan, tenemos un asunto urgente en la 40 con la 25—dijo Luke Cage sin perder más tiempo—. Un Centinela se ha desprogramado y está cazando a no-mutantes. Como ahora sólo quedáis 198, nos vendría bien uno de los tuyos para este asunto.
- ¿Seguro que sólo quedáis 198? –preguntó Spider-woman.
- Eso dicen, yo que sé. Vale, voy para allá. ¿Se apunta alguien o me encargo yo solo?
- Que te acompañe Peter. Nosotros estamos algo liados, pero él no tiene nada que hacer, ¿verdad?
- Por mí vale, grandullón.
Spider-man y Lobezno se dirigieron a la zona donde se encontraba el Centinela. Había provocado importantes destrozos en la zona y la gente corría atemorizada de un lado para otro. El robot debía tener afectada la programación central, porque su forma de andar era lenta y torpe. Gracias a eso, no había demasiadas bajas entre los civiles.
Pasaron pronto a la acción: Spider-man subió trepando por el robot hasta sus hombros y luego le lanzó una red a Lobezno para auparlo. Logan clavó sus garras, como tantas otras veces, en el cuello del robot, arrancándole la cabeza de cuajo.
- Vaya, ¿ya está? –dijo Spidey—Pensé que nos iba a hacer sudar algo…
- Bueno, pues nada, más tiempo libre, ¿no?
- Hablando de tiempo libre… Tengo que ir a hablar con Mary Jane de unas cosas así que voy a aprovechar.
- Vale, dejaremos aquí este robot para que lo recoja alguien, como siempre. Así aprovecho yo también para irme con mi otro grupo.
- Nos vemos, peludo.

Cuando Lobezno entró en el Instituto Xavier para jóvenes mutantes, olisqueó las feromonas de Coloso y Kitty desde la entrada. Eso le sirvió para hacer ruido suficiente para no coger a sus compañeros en una situación “comprometida”. Efectivamente, sus intenciones eran buenas, porque la mansión estaba especialmente tranquila, y cuando entró en la sala de estar, Piotr se tapaba misteriosamente con un cojín, mientras Kitty se terminaba de subir la cremallera. Hicieron como si siguieran viendo la tele…
- Hey, Lobi, ¿qué te cuentas?
- ¿Es que no hay clases?
- Que va, ¿no te acuerdas? Esta semana tienen exámenes y tienen semana blanca.
- Vaya, pues me subo a la Sala de Peligro a ver si estiro un poco los músculos…
- Tal vez prefieras estirarlos con acción de verdad, Logan—dijo la voz de Cíclope a su espalda—. Tenemos un ataque de Dientes de Sable a las afueras de Philadelphia. Si quieres, Emma, Hank y yo vamos, junto a los que queráis apuntaros, claro.
- Bueno, pues iremos…
- Si creéis que no hacemos falta, nosotros nos quedamos, que tenemos que ir al… ¡dentista! Ahora tenemos cita dentro de un rato.
- Pues dile al dentista que se ponga “guantes de látex”, no vaya a ser que te deje un “flemón”, Kitty…
Lobezno salió de la habitación con una socarrona sonrisa. Le encantaba ruborizar a Coloso.

El Pájaro Negro los llevó a la zona de combate en menos tiempo del necesario. Dientes de Sable estaba como ido, bueno, más ido de lo habitual en él. Era como si hubiese perdido el poco control que tenía. Estaba en un bar de carretera y a juzgar por los numerosos moteros que se amontonaban inconscientes en la puerta, debía haber tenido un altercado con alguno de ellos.
- Tranquilo, Dientes de Sable, no nos obligues a luchar contra ti…
- Pero si es mi amigo Logan… -dijo soltando a un motero inconsciente de unos 150 kilos.
El mutante pasó a la acción. Saltó contra Lobezno, aprovechando el factor sorpresa. Sus compañeros no pudieron reaccionar a tiempo. Cuando Cíclope se dispuso a disparar, los dos mutantes estaban ya enzarzados en una pelea de gatos, clavándose las garras el uno al otro. Bestia, con un ágil movimiento, saltó sobre la cabeza de Dientes de Sable, desorientándole lo suficiente para hacerlo un blanco fácil. Cíclope descargó toda su energía óptica contra el mutante, que cayó de espaldas a 15 metros, distancia suficiente para que Emma lo bloqueara mentalmente, haciéndole creer que estaba durmiendo. Mientras los héroes se recuperaban del ataque y sopesaban los destrozos, llegó Spider-man a la escena.
- Hey, Spidey, ¿qué pasa?
- Pues ya ves. Escuché que había pelea y pensé en pasarme a echar una mano, pero ya veo que lo tenéis controlado. Me iré a recoger a la Tía May de sus clases de capoeira.
- Nos vemos, chaval.
- Lobezno, se me olvidó comentarte antes que te había llamado X-23—dijo Bestia—. Era sobre no se qué del grupo nuevo y tal.
- Uy, casi se me olvida. Hoy habíamos quedado. Bueno, como hemos terminado aquí, me iré un rato con ellos, si no os importa.
- Claro, Lobi, nos vemos.
Cíclope miró con recelo a Emma por su afectuosa despedida. No tenía demasiados buenos recuerdos del papel de Logan en su anterior relación.

Lobezno llegó a la reunión con X-23, Sendero de Guerra y Loba Venenosa, que lo esperaban desde hacía un buen rato.
- Perdonad, chicos, es que estaba con…
- Vale, vale, vamos al grano—dijo la más impaciente y adolescente del grupo.
- Bueno, yo digo que podíamos volver a formar X-Force. Después de todo, era un grupo cojonudo.
- Sí, Loba. No digo que no, pero yo es que ahora mismo estoy un poco liado y no sé si voy a tener tiempo para…
- Mira, Lobezno, no te preocupes por eso, que he hablado con Destino y dice que entre la Guerra Civil que se avecina y el Complejo de Mesías que le va a entrar a un conocido nuestro, tal vez se abra un hueco en tu agenda.
- Bueno, si es así... Por mí vale—Lobezno miró su reloj—. Chicos, me vais a perdonar, pero es que le había prometido a Daredevil que le echaría una mano en un caso que tiene con Bullseye de por medio. Así que, si no os importa…
- Venga, nos vemos pronto, Lobezno
Lobezno salió del almacén en el que se habían reunido junto al muelle, justo en el momento en que Spider-man pasaba por allí, persiguiendo a Electro.
- ¡Hey, Spidey! ¿Qué pasa?
- Pues ya ves, aquí estoy persiguiendo a este rufián, que le ha dado por robar el Banco Internacional. Oye, me ha dicho Daredevil que habéis quedado, ¿no? ¡Ahora nos vemos!
Spider-man se alejó de la zona persiguiendo a Electro. Lobezno se dirigió a La cocina del Infierno. Cuando llegó al lugar de encuentro con Daredevil, encontró a Bullseye tirado en el suelo y atado.
- Vaya, cuernecitos, veo que llego tarde…
- Sí, bueno, pero no importa. Se me había ocurrido que tal vez… Bueno, sin más rodeos, tengo que proponerte un trabajo.



Create polls and vote for free. dPolls.com

No hay comentarios: