05 marzo 2007

¡ELIGE TU PROPIA AVENTURA! BORN AGAIN… ¡Y TANTO! (PARTE I)

Matt Murdock se dirigía a casa con diez dólares en el bolsillo y una amenaza del banco de quitarle su dinero en 30 días si no pagaba con ese mismo dinero que ahora le prohibían tocar. Por culpa de un maldito policía que le había acusado falsamente de pagar a un testigo para cometer perjurio había perdido su trabajo. Estaba cansado. Se dirigía a casa a intentar descansar en una cama en condiciones y a dejar los problemas para el día siguiente. De repente, se encontró temblando, aunque no estaba nervioso. Cuando se quiso dar cuenta, descubrió que lo que temblaba era el suelo, y no él. Lo siguiente que escuchó fue la terrible explosión que demolió el bloque de pisos donde vivía. Su vida estaba deshecha. Ya no le quedaba nada… Y el culpable era un tipo de 300 kilos que acababa de descubrir que Matt Murdock y Daredevil eran la misma persona.
Matt no sabía adónde ir. Sin dinero, y con una mala reputación entre todos sus conocidos, se avergonzaba de pedir ayuda, así que se fue al único sitio donde tal vez pudiera encontrar algo de ayuda aún: El Bronx. Muchos de sus clientes formaban parte de lo peor de Nueva York: prostitutas, delincuentes de medio pelo, maleantes con poco futuro. Siempre que había encontrado a alguien necesitado con opciones de mejorar en la vida, le había ayudado, sin importar que no tuviesen dinero para pagarle. La idea de pedir que le devolviesen la caridad que un día había mostrado no le hacía demasiada gracia pero eran tiempos desesperados. Y los


tiempos desesperados requieren medidas desesperadas. Murdock se dirigió al piso de “la Profesional”, una prostituta a la que ayudó hace mucho.

- Matt, de verdad, no sabes cuánto siento lo que te está ocurriendo, pero aquí no puedes quedarte. El niño está todo el día llorando y la zorra de la casera me corta las tetas como se entere que te he metido aquí…
- Si quieres, me encargo de ella. Aunque no te lo creas, peleo bastante bien… -argumentó el ex abogado.
- Sí, claro. Y a mí unos extraterrestres me han dado poderes y me voy a unir a un grupo de superhéroes…
- Bueno, en el mundo en que vivimos todo puede pasar.
- Mira, te voy a dar el número de tres amigas mías. Tienen un piso aquí cerca, y seguro que no les importa que pases una temporada allí con ellas. Eso sí, te lo advierto: Tienen cierta obsesión con la transexualidad—la peculiar chica no parecía estar bromeando.
- Bueno, no creo que tenga problema con eso.

El piso estaba ciertamente cerca de donde estaban. Cuando llamó a la puerta, se escucharon unos graves gritos de emoción, por lo que ya debían de estar avisadas de que se dirigía hacia allí. Abrió la puerta un tipo vestido de mujer.
- Hola guapo, tú debes ser Matt, ¿no? Mi nombre es…
- ¡No se lo digas! Todavía no lo conocemos lo suficiente para saber si podemos confiar en él—dijo otro tipo disfrazado desde dentro.
- A ver, bonita, sabe donde vivimos, ¿qué importancia tiene?
- Bueno, pues dile el tuyo si quieres, yo prefiero usar un seudónimo. No te lo tomes a mal, guapetón, pero hoy en día hay que extremar precauciones—alegó.
- No te preocupes. Créeme si te digo que lo entiendo mejor que nadie ahora mismo… Bueno, ¿y cómo os llamo?
- A mí llámame Apostrofis—dijo el desconfiado.
- Pues encantado de conocerte, Apostrofis—contestó intentando ser amable.
- A mí llámame Mushu, como el dragoncito de Mulan, y conmigo no intentes ponerte amable, que a mí no me gustan tan jóvenes…
- Pues a mí, llámame… Gabinladen.
- ¿Gabinladen? ¿Como el famoso megahacker de los 70?—dijo Murdock.
- Vaya, un tipo con memoria… Anda, pasa, acomódate. ¿Y tus maletas?
- Bueno, la verdad es que… no tengo nada.

Matt entró en el piso y comenzó a contarle todo lo que le había pasado, salvo las partes en las que aparecía su alter ego superheróico, por supuesto. El piso no estaba mal, aunque estaba decorado de una manera un tanto excéntrica, con posters de La Veneno, La Esmeralda y La Terremoto de Alcorcón por todos lados.

- Bueno, guapo, y un tipo así grande como tú, ¿no te has pensado nunca en cambiar de sexo? Imagínate el mujerón que saldría de esa constitución... Seguro que te sacarías más que de abogado. Créenos, hoy en día la gente es muy viciosa, sólo piensan en una cosa. Y eso de hacerlo con un tío pero con la excusa de que tiene cuerpo de mujer les suelta la cartera más que la salmonella la barriga…
- Pues la verdad es que no. Mi identidad sexual es algo que tengo muy claro, y nunca me he planteado cambiar…
- Pero, ¿qué cambiar? ¿Te crees que nosotras somos maricas? A nosotras nos gustan las tías más que a Oliver Queen. Pero todo esto vende que es un gusto…
- ¿Más que a quién?
- Da igual. Mira, tú te pones un buen implante de mamas, te quitas la costilla flotante, una liposucción, un poco de colágeno en los labios… en fin, un completo y te haces de oro en menos que canta un gallo—dijo el tipo que se apodaba Mushu.
- La verdad es que me hace mucha falta el dinero, porque si consigo reunir el dinero que me pide el banco antes de un mes, eso solucionaría muchas cosas… Bueno, dejad que lo consulte con la almohada, ¿vale?
- Bueno, eso es otro tema… Nosotras dormimos las tres juntas, ¿sabes? No tenemos para pagar la calefacción y nos gusta arrimarnos.
- Pero, si tenéis las 3 camas separadas…
- ¡Coño, con el ciego! Bueno, pues es porque… ¡las hemos separado para cambiarle la ropa! ¿Por qué te íbamos a decir esto si no fuera verdad? Ya te he dicho que somos heteros.
- Bueno, como queráis… No me importa.

Esa noche, Matt Murdock durmió muy poco. Entre los ronquidos de Gabinladen, las “durezas” que sentía contra sus piernas y la idea cada vez menos absurda de cambiar de sexo y vender su cuerpo para costearse su regreso de los infiernos, no le quedó tiempo para descansar. Así, cuando se despertó por la mañana, sus compañeros de piso le acompañaron a la consulta de un afamado cirujano que fiaba a sus clientes necesitados. Allí, en la sala de espera. Matt Murdock sintió un olor corporal que jamás pensó que pudiera haber encontrado en la consulta de un cirujano que cambia de sexo a las personas…




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Hala, pues ya sabéis, a votar por la que queráis y a dejar vuestras sugerencias en los comentarios...

9 comentarios:

mushu dijo...

que conste que no tengo nada que ver con esta historia. Yo también soy un dagnificado. Eso si, me vengaré. Palabrita de dragon

Anónimo dijo...

No sabes como te agradezco que no me pusieras a mi (alguna ventaja tenia que tener no poder pasar mucho ultimamente) y en cuanto a la encuesta... ¡El capi! (aunque me cae bien, da igual) con esas alitas... ¡Y quiero que el cirujano sea Rob Liefeld! que para añadir tetas nadie como el.

Anónimo dijo...

Bueno mushu no te lo tomes a mal solo son seudonimos .....
/lineas solo para mushu
Cuando empiece tu venganza avisas que la union hace la fuerza
/lineas solo para mushu off

En cuanto a las opciones me quedo con bullseye por tres razones.
1-Batman y robin son felices con su relaccion tal y como esta y no necesitan operaciones
2- El capi tampoco las necesuta, ¡Ya tiene tetas!
3- Bullseye es mi idea coño y habra que defenderla no???

Anónimo dijo...

PD Demasiado pronto cantas victoria moonshadow...........

mushu dijo...

Gabinladen ya hablaremos tu y yo...
Por cierto moonshadow no sabes lo que acabas de hacer, que tlaphin se lee los comentarios yacabas de darle una idea, jeje

Anónimo dijo...

Pues si coge la idea me meteis en la venganza, que donde se vengan tres se vengan cuatro. Aunque encima de que le doy las gracias no creo que me lie ninguna, ¿Verdad? ¿verdad?

Anónimo dijo...

"Tienen cierta obsesión con la transexualidad" XDDD

"No tenemos para pagar la calefacción y nos gusta arrimarnos" XDDD

¡Jo, pues a mí me ha encantado la historia! ¡Al que se meta con Talphin lo arañooooo!

Y voto por Bullseye, y que cuando se operen, como serán heteros con un cuerpazo de escándalo, se acaben enamorando.

Sí, soy un romántico... ;)

Alejandro dijo...

Que conste que he incluido a los 3 que han insistido en lo del cambio de sexo con pasion y fervor. Moon shadow no hizo ningun comentario al respecto, por lo que no iba a meterle sin saber si él estaba a favor o no. Y sí, me leo todos los comentarios, y por eso intento añadir vuestras sugerencias a la historia. En lo del arrimarse para estar calentitos sí me tomé una pequeña licencia artística, pero es que... ¡yo tampoco soy de piedra! Hala, la semana que viene más...

Anónimo dijo...

Nada mas que decir, creo que la pasion se sale por los poros de todo el cuerpo ese saleroso que teneis!