ELIGE TU PROPIA AVENTURA: CAPITULO 8, EL SEXO COMO ARMA

Me llamo... bwa-ha-ha. Mejor no digo quién soy. Me limitaré a contar la historia desde mi punto de vista, para no avanzar detalles. El caso es que el grupo huyó a lomos de Pterodáctilos de la amazona Gabrielle, quien andaba celosona por culpa de la relación entre Xena y Octopus. A mí me costó seguirlos, pero lo conseguí, y pude acompañarlos hasta aquel claro entre tanta vegetación. Este mundo era algo increíble, el sueño de Green Peace. Cuando los héroes bajaron con sus bragueros parecían calmados, aunque no todos, había dos parejas en concreto que no podían resistir sus impulsos. Uno era ese dragoncillo rojo que respondía al nombre de Mushu, y que aprovechó el traspié de la anciana May al bajar del dinosaurio para intentar sodomizar a la pobre abuela. Ella, en lugar de intentar resistirse, se retorcía para obtener la mejor toma con su cámara de fotos, que también hacía videos. El dragón era bipedestre, por lo que a pesar de su naturaleza animal, se defendía con maestría en las artes amatorias y en el contorsionismo sexual. Tía May, a pesar de su avanzada edad, conservaba un alegre retozar sobre las ancas del hermano de Federico.
En el otro lado, teníamos a aquel arquero rechoncho que usaba todo su arsenal de flechas-vibradores para llevar a la exuberante Power Girl al límite del éxtasis. Primero comenzaron a ejercitarse oralmente, aunque el tipo no era el más ágil de su grupo, y le costaba seguirle el juego a la ansiosa rubia, quien harta de tanto quitarse a moscones de encima, se había entregado por completo a sus fantasías más ocultas, y daba rienda suelta a todo tipo de retorcidas posturas amatorias. Extenuado, el tal Phin (creo que se llamaba así) comenzó a sodomizarla montándola cual llanero solitario. A pesar de su falta de forma física, tenía una gran habilidad e inventiva para valerse de sus manos y rellenar todos los huecos del cuerpo de su partenaire con sus flechas-vibrador. Power Girl disfrutaba como no lo había hecho con ningún otro hombre. La destreza amatoria de aquel tipo era algo prodigioso, hasta tal punto, que se preguntaba si su verdadero poder no sería ese. Después de llegar cuatro o cinco veces al clímax, el tal Phin tuvo una mala idea: Apartó el braguero de cola de dinosaurio para intentar abordarla por el orificio destinado originalmente para la cópula, pero eso provocó que los catorce tampax que tenía metidos, salieran a toda presión y el chorro de sangre comenzó a manar de nuevo.
- ¡Tápalo, tápalo!—decía ella nerviosa por volver a perder el control de su menstruación, o quizás ansiosa por recibir el flechazo definitivo.
El tipo, nervioso por la dantesca escena introdujo su más poderosa arma en la chica, consiguiendo frenar parcialmente la hemorragia, aunque su rostro mostraba bastante desagrado, porque cada vez que sacaba un poco el miembro, la sangre a presión escapaba y lo embadurnaba de menstruo. La desagradable escena comenzó a pasar factura a la potencia eréctil del héroe, quien no podía hacer nada por evitar que aquello siguiera bajando...
Tal vez penséis que los demás héroes estaban tramando algún plan para frenar a sus compañeros, pero nada más lejos de la realidad. Estaban todos sentados, en fila, observando la escena e incluso algunos, como Robin, tomando notas en una pequeña libreta sobre posturas satisfactorias. El único que parecía algo más ajeno era Batman quien, tras recuperar un poco el control después del viaje en dinosaurio observaba extrañado cómo el dragón gozaba con una anciana de cerca de 90 años. Decidí prolongar el desconcierto de Batman apareciendo en escena, desnudo y con mi miembro directo a la boca de mi amada.
- ¡Alfred! ¿Qué estás haciendo aq...? ¡Alfred, contrólate, que esa mujer está delicada!
Al dragón no pareció importarle que se le unieran, y siguió embistiendo con fuerza a la anciana, pero el astuto Batman (o es astuto o era un acaparador que no consentía que nadie de su entorno gozara sin él) me lanzó un batarang a la cabeza, haciendo que cayera al suelo y perdiendo el control sobre mi poder.
- ¡Pero si eres...! –comenzó a decir el dragón a la que creía que era Tía May— ¡eres Zatanna, aunque tu cuerpo... está fusionado con el de Jean Grey!
- Sí, intentamos atravesar el portal a esta dimensión las dos a la vez y... ¡pero basta de perder más tiempo! ¡EDNARG SÁM!
El miembro del dragón comenzó a crecer de manera desorbitada. Power Girl, viendo que su compañero perdía fuelle, comenzó a gritar como una posesa...
- ¡Zatanna! ¡¡¡¡Hazle lo mismo por Dios!!!!
La hechicera repitió el encantamiento con el arquero originalmente verde, y ahora de un tono bermellón por la sangre que le cubría. Los demás comenzaban a recuperar el sentido y a entenderlo todo. Me reconocieron al momento, al gran Mente Maestra, y comprendieron que todo había sido una de mis tretas. Sin embargo, las dos parejas seguían a lo suyo dale que te pego... hasta que llegaron ellas. Una manada de vampiresas que saltaron de la nada, hasta donde estaban el tal Phin y Power Girl, y que excitadas por el aroma a sangre se unieron a la pareja formando una orgía. Pero el tipo era bueno. Tenía para todas. Qué demostración de capacidad amatoria...
Para terminar de arreglar la escena, un tipo de raza negra y de cerca de dos metros de altura, armado con una ballesta de estacas y con una ristra de granadas en su cintura apareció tras las vampiresas.
- Tú, apártate de ellas – dijo—. He dicho que te apartes de... ¡oye! ¿quieres parar de una vez, que te estoy hablando? ¡Te voy a tener que dar una paliza! ¡Jo, para ya!
Pero el tipo no se detuvo, y seguía repartiendo placer sin límite. Ahí fue cuando el portal volvió a abrirse, y aparecieron ellas. Dos bellas mujeres con un completo arsenal de las más avanzadas armas y con un kit de rulos de pelo nucleares y un amasador de cocina modificado por los laboratorios STAR, con un refuerzo de adamantium y un dispositivo hidráulico para aumentar la potencia golpeadora.
- ¡Vosotros!
Es curioso como una simple palabra había conseguido más que todas las amenazas de Blade. El dragón y el arquero se quedaron blancos como la leche (con perdón) y se separaron de sus parejas.
- ¡Pero Santo Cristo...! ¿Qué les ha pasado a vuestras...?
Los dos tipos se miraron los miembros “rodilleros” y se encogieron de hombros. Cabizbajos se vistieron a la voz de:
- ¡Ya estáis viniendo para casa que no habéis sacado la basura, so pedazo de degenerados! ¡Vais a fregar platos hasta después de vuestro funeral, atajo de...!
- Perdonad –dijo Zatanna-Grey interrumpiendo a las que no podían ser más que sus esposas—si queréis puedo revertir el hech...
- Tate, tate. Déjalos así como... ahem... castigo, para que recuerden lo mal que está lo que han hecho. ¡Anda, vamos para casa, que nos tenéis contenta!
- Sí, cariño—dijeron los dos al unísono.
Los dos matrimonios desaparecieron, y los demás se quedaron mirándose con extrañeza.
- Se ha... ¡cortado! ¡Por fin!
Power Girl observó que por fin se le había pasado la regla. La ausencia de continuo estpacio-tiempo de esa dimensión había acelerado el proceso... o tal vez había pasado todo ese tiempo, difícil de saber.
Bueno—dijo Wonder Woman— ¿y ahora qué?