05 diciembre 2006

CONSULTORIO SENTIMENTAL DEL DOCTOR D.E.S. AMOR: SUE STORM.


CONSULTORIO SENTIMENTAL DEL
DOCTOR D.E.S. AMOR



Hola doctor:

Me llamo Susan y le escribo para que me ayude con mi marido, que no me hace ni caso, todo el día pegado al ordenador. Yo debería ser la mujer más feliz de la galaxia por las posibilidades sexuales de Reed, que así se llama él, y que es capaz de tenerla tan gorda, tan grande y tantas como yo quiera al mismo tiempo. Pero oye, no hay manera de arrancarlo del laboratorio. Que si zonas negativas, que si chismes varios, que si ahora no puedo que estoy a mitad de algo muy importante para la humanidad… ¿Y yo qué?
¿No conocerá un perfume con olor a ordenador verdad? En fin, rogaría cualquier ayuda.

Estimada paciente:

Su caso tiene fácil solución. De hecho, es el problema que tienen hoy en día el 80% de las mujeres casadas, por lo que me resulta muy fácil explicarle qué tiene que hacer. En primer lugar, debe hacerse con un ordenador portátil y con una web cam. De de alta una cuenta den Messenger o cualquier otro programa de mensajería. Contacte con su marido a través de dicho programa. Verá que resulta mucho más receptivo a través del ordenador, y que le habla de muchas más cosas de las que hace en casa... bueno, sin ordenador. Cuando pasen unos días, y ya esté acostumbrado a hablar con usted por el ordenador, no se olerá su estrategia. A continuación, coméntele que le han regalado una web cam y que quiere probar si funciona. A partir de ahí, debe desplegar todas sus armas de seducción y debe procurar que su marido vuelva a recuperar el interés perdido por la rutina. Cuando esté burro perdido (que lo estará, se lo aseguro), sólo tiene que cambiar corriendo de habitación y ponerse manos a la obra.

Hay una posibilidad, y es que algunos hombres están tan enganchados al ordenador que todo lo que se salga de él no le excita tanto. Pues bien, si este es el caso, sólo tiene que tirar de sus fascículos de Bricomanía y fabricarse un marco de madera en forma de pantalla de ordenador. Póngaselo alrededor de su cuerpo y vaya hacia él. Puede usar lenguaje picarón como: “Vengo a que me metas tu sistema operativo” o “Necesito que me reinicies, que estoy colgada... por ti”, o “Ven aquí, que voy a formatear tu disco DURO”. En fin, ahí sólo tiene que dar rienda suelta a su imaginación. Esos jueguecitos suelen funcionar más que bien. Ya me contará...

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