01 octubre 2007

ELIGUE TU AVENTURA: AIRBAG CON GREEN LANTERN, FINAL

Sinestro desenfundó un arma y apuntó a los tres héroes, sin darle importancia al padre Custer que se encontraba a su espalda.

- Mirad, chicos, puede que yo no sea el logotipo de un hombre aguerrido y heróico, pero a la primera de cambio, os abro un agujero entre pestaña y pestaña.
- Disculpe, señor, pero usted no va a hacer nada de eso. Deja el arma y tu anillo encima de la mesa—dijo Custer con una voz firme.
Sinestro dejó el arma encima de la mesa y se quitó su anillo de poder. A pesar de la situación en la que se encontraba, miró al cura con admiración:
- Tengo que reconocer que ha sabido usted lidiar esta situación sin dar un solo golpe ni un disparo. ¡Qué profesional!
- Sentimos dejarte así, Sinestro—dijo Hal cogiendo el anillo de poder de su Némesis—pero aunque tu anillo es bonito, tenemos que ir a recuperar el mío.
- No me importa. Hacedlo. Después de cómo habéis llevado toda esta situación es lo menos que podíais hacer. No quiero decir que me alegre de que me hayáis derrotado, pero esa elegante forma de actuar… Profesionalidad, ese es el concepto.
- Venga, pues hasta otra.
- Sí, señor, qué profesional…

Green y Red Arrow acompañaron a Green Lantern hasta el coche del curioso Predicador. Hicieron un pacto en silencio de no preguntarle nada más al cura… por si acaso.
- Bueno, nenes, ¿adónde vamos ahora?
- Hombre, nosotros nos dirigíamos al Supermercado del sexo, aunque si usted tiene otros planes…
- ¡Redios! Me ofendes con la duda, hijo. Tenéis que aprovechar esta última noche para entreteneros.

En menos de una hora, el peculiar cuarteto se encontraba en la puerta del Supermercado del sexo, un curioso prostíbulo, donde las chicas se encontraban subidas a estanterías como si fuera un supermercado, y los clientes llevan un carrito para recoger a la chica que quieren. De ahí van a unos “probadores” especiales donde pueden probar la mercancía. Los héroes entraron y buscaron con la mirada a Villambrosa, pero no lo vieron en un primer reconocimiento. Sin embargo, después de dar un par de vueltas, Ollie pudo reconocerlo a través de una cortina que llevaba a una zona reservada. Le hizo una señal a sus dos compañeros que, rápidamente se dirigieron a reunirse con él.

- Le he visto ahí dentro, pero ¿cómo entramos? –dijo Ollie.
- Bueno—dijo Hal Jordan poniéndose el anillo de Sinestro—como leí una vez no se dónde… ¡Es la hora de las tortas!

Del anillo de poder de Sinestro salió un puño gigante que arrancó literalmente de cuajo la pared que daba acceso a la zona privada. El estruendo provocó el pánico entre los clientes del club, que empezaron a salir despavoridos. En la zona privada, Villambrosa se encontraba tranquilo, rodeado de unos fuertes guardaespaldas que rápidamente se abalanzaron contra nuestros héroes. Eran buenos, pero en el combate cuerpo a cuerpo, pocos podían superar a Ollie y Roy. Hal se abrió hueco hasta Villambrosa.

- Disculpe, caballero, pero creo que tiene algo que me pertenece.
- Me temo que se equivoca, joven—dijo una voz ligeramente conocida—pero este anillo se encontraba en un club de mi propiedad, y como tal, pasa a formar parte de mis propiedades.
Villambrosa tenía puesto el anillo y apuntaba a Hal con él. Hal se rió sin miedo alguno.
- Jajaja. No se moleste, Villambrosa, hay que tener una gran fuerza de voluntad para poder usar ese anillo…
Del anillo salió un matamoscas que intentó aplastar a Hal. Por suerte, éste tuvo la suficiente rapidez para reaccionar y formar una burbuja protectora a su alrededor.
- ¿Có…cómo…?
- Verás, Jordan, si hay alguien con voluntad en este universo soy yo. Si hay alguien que lleva queriendo aplastar a su Némesis Superman… soy yo. Llevó décadas intentándolo… y fracasando, pero no me canso. Así que, ¡con esta herramienta pienso conseguirlo de una vez por todas!
- ¡¿Luthor?! Ya decía yo que tu voz me sonaba…
- Pues a ver si te suena esto de aquí…

Luthor pulsó un botón y se abrió una cortinilla que tapaba una pantalla de cristal. Al otro lado, Superman se encontraba desnudo, sólo con la capa puesta mientras que un par de chicas la mar de hermosas se dedicaban a acariciarle. El más grande héroe de todos los héroes resistía, pero una cámara lo estaba grabando todo. El tono verduzco de las paredes hizo pensar a Hal que debían estar cubiertas de kriptonita, pues a Supes se le veía como aturdido. Luthor difundiría esas imágenes para acabar con la reputación de su archienemigo, y lo conseguiría sin duda, si alguna vez llegaban a ver la luz. Pero entonces sucedió algo que no estaba dentro de lo planeado: Superman, que siempre le había parecido a sus compañeros de la JLA un poco bobo, comenzó a excitarse con los jugueteos de las chicas.
- Vaya, vaya, esto se pone interesante… Mmmm… ahora entiendo por qué le llaman Super… –decía Lex.

Pero aquello dejó de resultarle gracioso a Lex en unos segundos. La excitación de Superman comenzó a anular poco a poco el efecto de la kriptonita. Las chicas seguían a lo suyo sin darse cuenta de cómo se crecía el superhéroe, ellas seguían haciendo lo que mejor se les daba. Superman fue recuperándose cada vez más, aunque todavía no estaba al 100%. Entonces sucedió la tragedia, cuando al llegar al clímax, los sesos de la chica quedaron esparcidos por todo el cristal desde el que obsevaban. Lex Luthor estalló en una risotada, sin darse cuenta de que Superman ya estaba recuperado al 100% y tardó poco en atravesar la pared de una patada. Destruyó la cámara de vídeo con su visión calorífica y recuperó el anillo de Hal en un abrir y cerrar de ojos, justo lo que se tarda en arrancar un dedo.

- Pero tú… tú eras bueno. No puedes…--balbuceaba Luthor mientras miraba el chorro de sangre que salía de su dedo anular.
- Ya, pero eso que me han hecho esas chicas, han descubierto una faceta de mí que no conocía hasta ahora…
Ollie y Roy ya habían terminado de encargarse de los matones, así que se reunieron todos y se fueron en busca del padre Custer.

- … Y por el poder que me ha dado Dios, yo os declaro marido y mujer.

Una salva de aplausos celebró el feliz desenlace de la larga relación entre Oliver Queen y Dinah Lance. Cuando la ceremonia acabó, la gente comenzó a irse en dirección al lugar del convite. Roy y Hal se cruzaron con sus compañeros de la JLA. Supes iba acompañado de una Lois, que parecía maltrecha. Caminaba con dificultad, y se le veía magullada.

- ¿Lois? ¿Te encuentras bien?
- Sí, sí, es que últimamente estoy haciendo demasiado deporte… de riesgo. Clark, que está descubriendo cosas nuevas.
- Bueno, Bruce, ¿y Tim? ¿No ha venido?—dijo socarronamente Roy.
- Pues no lo sé, supongo que sí, claro está. Pero vamos, ni que fuera yo su padre…
- Claro, claro—se burlaba Hal—. Por cierto, ¿habéis tenido alguno noticias de Sinestro? Oí que había dejado el negocio…
- Sí, trabajar para Luthor no le salió todo lo bien que esperaba… al menos es lo que he oído—dijo Supes sonriendo.
Los héroes (a excepción, claro está, del sombrío Batman) rieron abiertamente.

Nota: Como esta semana el guionista principal de la sección espera su primer retoño, no pongo la encuesta con el siguiente arco argumental porque no sabemos qué podremos emitir la semana que viene. Perdonen las disculpas.

1 comentario:

snowy dijo...

XDDDDDD

En estos momentos no sé si Lois se alegra o no de lo de supes, bueno, pensemos que si.

Y jamás me había parado a pensarlo pero...ciertamente...Luthor tiene una voluntad que ni green lantern XD