Saló del Còmic 2009: Crónica de una becaria

Hola amigos, amigas. Hoy presentamos al nuevo miembro de esta cadena, Dark Phoenix. Tras una larga “becaría” se ha ganado un trabajo a tiempo parcial como reportera y presentadora en esta cadena, vuestra cadena. Hoy tenemos además su primer trabajo “remunerado”, la crónica del salón de 2009. Pues sin más os dejo con Dark Phoenix, la mujer que lo aguanta todo…

Muchas gracias, chicos. (Lo de la mujer que lo aguanta todo... pues acertado, sí. Al menos, un poco)

Bueno, hoy es mi estreno en esta cadena y qué mejor forma de hacerlo más que con la crónica de mi primer acto oficial como miembro del equipo de Telecomicdiario: el Saló del Còmic de Barcelona.

Viernes, Día 1

Empezaba la aventura para mí. A las cinco de la mañana me despertó la melodiosa voz de Gerard Butler (si os pensáis que no iba a salir aquí también, la lleváis clara), así que cogí la maleta que apenas había preparado cuatro horas antes y mi padre y yo nos fuimos a la Estación del Norte de Valencia, desde donde salía el tren que me llevaría hacia lo desconocido: mi primer encuentro friki a multiescala. Y sin conocer a nadie (físicamente, claro).

Ole mis huevos.

A mi llegada a Barcelona estaba bastante nerviosilla. Sí, se suponía que Mushu estaría esperándome en la Estación de Sants, y Entiman en el hostal, pero... ¿y si eran todos unos psicópatas? ¿Y si me convertían... en cosplayer? Grandes temores me inundaban... sobre todo cuando en la estación me di cuenta... que Mushu no estaba. Y es que el señor, con eso de ser canario, no había cambiado la hora del reloj... si ej que...

Cuando por fin llegó, me obsequió con mi uniforme oficial de la cadena (que el lunes se paseó por toda la planta de deportes de Televisió Valenciana, pa que veáis) y me dio las primeras instrucciones de lo que iba a ser nuestro trabajo... y me llamó becaria por primera vez. Sí bueno, soy becaria (de lunes a viernes, y también en mi tiempo libre... lo mío no es normal), es algo que tengo asumido... pero de ahí a que sólo se me llame por ese nombre... Que una tiene también su corazón, aunque se dedique a destruir mundos de vez en cuando, leñe. En fin, que lo de la becaria se convirtió rápidamente en un sobrenombre cariñoso y fui cogiendo seguridad y ritmo conforme nos íbamos acercando al Saló. Y qué llegada.

Qué cosa más... grande. Enorme. Gente dentro y fuera, moviéndose por todos los sitios y mirándolo y evaluándolo todo. No me dio tiempo apenas de quedarme babeando, ya que tras equiparnos con nuestras acreditaciones Mushu se puso serio... y a trabajar. Primero lo primero: a concretar la entrevista con Virturtia, que resultó ser inmediatamente y antes de que me diera tiempo de pensar qué hacía allí exactamente. Algo se me debió notar en la cara, porque la primera pregunta de la entrevista fue para mí por parte de nuestro interlocutor... lo que no dejó de ser gracioso y una muestra de que el Sr. Virturtia es un máquina. Alucinante.

Después de esto, a meternos en materia como Dios manda: ¡¡¡a ver la exposición de Esther!!!

Síiiii amigos, Esther... qué grande

La mañana fue pasando agradablemente, introduciéndome en el mundillo, aprendiendo como funciona desde dentro... Ahí fui conociendo ya a gente ilustre, de la mano del Sr. Mushu, que no puedes dar dos pasos con él sin que alguien lo salude. Ya véis, yo al lado de un famosete y sin enterarme... qué sorpresas nos da la vida.

Después de pasarnos toda la santa mañana pateando arriba y abajo, reclamé descanso para mi cuerpecillo antes de la hora de comer, así que por primera vez escogimos nuestro rincón particular junto a la salida para sentarnos, mientras esperábamos a la peña tinerfeña para irnos a comer. Y entonces, tuve mi primer momento místico del Saló. Una aparición desfiló ante mis ojos y tuve un momento fan con... Octavi Pujades.

Ele qué gracia catalana...

Y llegó el momento de ir a comer. Además de conocer a toda la tribu canaria (qué mogollón, Dios mío, el resto éramos minoría), tuve el placer de empezar a conocer en persona a gente a quien tenía ganas de ver; en este caso, a Edu Berganzo y al Sr. Marciano, Jotace. Llegaron entonces los primeros saludos por encargo y el hecho de caer en la cuenta... de que era la única mujer presente en el grupo. Qué grande soy.

Después de intentar seguir las conversaciones que devaneaban entre varios temas (cuando acabó el fútbol y la Fórmula 1 yo me perdí), Mushu y yo nos volvimos al Saló para llegar a la firma de Enrique Vegas (y gracias a Mushu tengo una Fénix cabezona que os presentaré próximamente). Ahí me encontré con mis compañeros de hostal, The Nobody y Entiman, y dejé a Mushu en la cola para ir a hacerle un recadito: comprar el Batman: Barcelona y conseguirle el número para la firma de ejemplares. Estuvimos deambulando por el Saló y de repente, alguien me encontró a mí: Luciérnago, que iba acompañado por su novia, Lirael, y el Sr. Raxar. Tras charlar un poquitillo, continuamos dando vueltas hasta llegar, de nuevo, al rincón cerca de la salida... donde nos sentamos unas dos horas (demasiadas horas en marcha para mi persona) a reposar nuestras carnes. Hacia el final de la tarde nos fuimos juntando todos de nuevo allí, para irnos después a cenar todos juntitos en armonía... y ser de nuevo la única mujer.

Sobreviví al primer día, así que pensé "ya ves, tanta gente, tanta gente. Pues si las Fallas son mucho peor que esto... seguro que pasado esto, lo supero todo". Sin embargo, no estaba preparada para el encuentro místico que tendría al día siguiente...

... Pero eso ya es tema para otro post. Ale, ahí queda eso!!